La Asamblea General de las Naciones Unidas celebra todos los 16 de junio el Día Internacional de las Remesas Familiares con la finalidad de resaltar la contribución que realizan millones de trabajadores migrantes al momento de enviar dinero a sus países de origen. Esta iniciativa, además, busca poner en práctica el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular que hace un llamado a la reducción de los costos de las transferencias internacionales y a una mayor inclusión financiera a través de las remesas.
Los flujos de remesas se han multiplicado por cinco durante los últimos 20 años y han servido para contrarrestar las recesiones económicas en varios países. Según datos del Banco Mundial, se prevé que estos flujos registrados oficialmente con destino a los países de ingreso bajo y mediano aumenten un 4,2 % este año, hasta llegar a los US $630.000 millones. A su vez, estos índices reflejan en América Latina y el Caribe una cifra de USD $131.000 millones de remesas en 2021, lo cual representó una diferencia del 25,3 % con respecto a 2020.
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Tan solo en Perú, los envíos de remesas de trabajadores peruanos desde el exterior ascendieron a US$927 millones en el primer trimestre del año, monto superior en 8,9% en comparación al de igual trimestre de 2021, según el Banco Central de Reserva (BCR). Esto se debió a la recuperación del empleo en los principales países de los que proviene el dinero. En el caso de los envíos, estos sumaron US$49 millones.
Dicho comportamiento representa que el ingreso de estas divisas fortalece el consumo, la liquidez, dolarización y, por tanto, incide en el desempeño del Producto Bruto Interno del país. De igual forma, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en su más reciente Encuesta Mundial a la Comunidad Peruana en el Exterior, determinó que el 87,8% de las remesas recibidas del extranjero son destinadas para gastos del hogar; el 7,3% para educación; 3,8% vivienda; 1,0% ahorros y 0,1% para otros gastos.
El panorama de envío de remesas es positivo y progresivo. Hay una cantidad importante de migrantes en países como Estados Unidos, Colombia, Perú y Chile, por lo que estos captan más transferencias. Sin embargo, existen muchos factores que pueden incidir en el compartimiento de las remesas a nivel nacional o internacional, el incremento de la inflación en el Perú es un ejemplo; este puede impactar directamente en la capacidad financiera que tienen los ciudadanos y, a grandes rasgos, influir en el envío de dinero al exterior.
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Estos movimientos de dinero transfronterizos contribuyen a la competitividad de los mercados. La innovación tecnológica permite que cada vez sea más fácil, rápido y económico enviar o recibir dinero desde cualquier lugar del mundo e incluso a cualquier hora; permitiendo, no solo que las personas puedan satisfacer sus necesidades básicas sino que las incluye financieramente en el sistema y hace que las familias se sientan más cerca.
La evolución de la industria financiera, junto a la digitalización de los pagos, está generando una importante transformación en el envío de dinero y ello se traduce en una mayor practicidad para los usuarios e integración, ya no solo nacional, también internacional. Las ‘fintech’ vuelven a jugar un rol importante en este desafío porque ya no solo apuestan por un mercado, sino por una región, e incluso por tener al mundo conectado a un ‘click’.
Una vez más, la integración requiere de todos: gobernantes que brinden las facilidades y empresas que apuesten por nuevas herramientas y busquen las soluciones para mejorar las transferencias. Ello generará nuevas oportunidades, con mayores ingresos, inclusión, calidad de vida y seguridad para todos. Sigamos apostando al ganador.