(Foto: El Financiero)
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Redacción EC

Los son una forma de invertir de manera sostenible. Actúan como los bonos convencionales con una característica distintiva: acortan las brechas de financiamiento para proyectos que reducen los efectos del cambio climático. Así, proyectos como la construcción de centrales hidroeléctricas y de tratamiento de relaves pueden ser financiados con este tipo de instrumentos. Poco utilizados en Latinoamérica, presentan una tendencia creciente en el ámbito mundial.

Nacieron como una iniciativa de bancos de desarrollo, pero ya están siendo utilizados por corporaciones como fuente de financiamiento. Así, el año pasado Apple emitió alrededor de US$1.500 millones para financiar proyectos de energía limpia.

De acuerdo con estimaciones, este mercado representó cerca de US$90 mil millones en el 2016 (+100% vs. 2015), y según Moody’s, se espera que vuelva a duplicarse este año. A pesar de este impresionante crecimiento, el mercado es aún muy pequeño si consideramos que el mercado global de bonos es de más de US$100 billones (millones de millones).  ¿Por qué ha crecido el apetito por bonos verdes?

1- El compromiso de inversionistas en cumplir los principios de inversiones responsables ha dirigido la mirada a integrar factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo dentro de los criterios de evaluación. Inversionistas con más de US$45 billones en activos han hecho pública su adhesión a estos principios, los cuales son satisfechos por los bonos verdes. El crecimiento de este mercado está ayudando a cambiar la manera de invertir y brinda a los inversionistas, incluso a los pequeños, una manera de “votar” con su dinero, apoyando la inversión en el medio ambiente.

2- Son alternativas de inversión de bajo riesgo, ya que más del 80% de los bonos son grado de inversión AA/AAA. Actualmente, ofrecen retornos similares a otros instrumentos con duraciones y riesgos de crédito similares, razón por la cual se puede invertir en ellos sin alterar significativamente el riesgo-retorno del portafolio, con un beneficio social incorporado. Si bien todavía no existen suficientes datos para concluir que estos ofrecen un mayor retorno en el largo plazo, son una opción por considerar.

3- Su mayor popularidad todavía no se refleja en el ‘pricing’, lo cual podría generar una oportunidad a futuro. Aunque en el mercado primario de bonos verdes y convencionales con características similares obtienen ‘pricings’ parecidos, en el secundario se está observando una mayor tendencia de pagar premiums por los bonos verdes.

Para el mercado peruano, los bonos verdes pueden ser una alternativa atractiva. Importantes inversionistas institucionales tienen mandatos específicos para inversiones responsables, lo que impulsa la demanda. Ante la incipiente oferta, puede promover la inversión en el país en temas claves como la inminente reconstrucción pos-El Niño costero. Sin embargo, es necesario que se trabaje en varios frentes, tales como la solidez en la estructuración de los bonos, la clara certificación de los proyectos verdes y la eficiente educación y promoción de estos.

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