(Foto: El Comercio)
(Foto: El Comercio)

Algunos señalan, especialmente quienes no asisten, que las son reuniones de las que no se saca mucho de utilidad, ya que lo abordado queda en discurso. Este año, tal vez como reacción al nulo avance que muestra nuestra posición en el ránking de , la conferencia terminó con el anuncio de la creación del Consejo Privado de Competitividad, cuyo primer presidente será Fernando Zavala, con el aporte de IPAE y la CAF. Esta institución coordinará con el Consejo Nacional de Competitividad, a cargo del MEF. Así, el sector público y privado trabajarán de la mano generando mayores oportunidades para los peruanos.

Para entender la importancia de esta iniciativa, empecemos por recordar qué significa competitividad, cómo se mide y por qué debería ser prioritaria en la agenda nacional.

Según el Foro Económico Mundial, competitividad es el conjunto de instituciones, de políticas y de factores que determinan el nivel de productividad de un país. Debemos resaltar en esta definición el término productividad. ¿Por qué? Pues porque el nivel de ingresos de un trabajador está directamente relacionado con su productividad.

Alguien que por falta de herramientas, conocimiento o acceso a la tecnología produce poco, no tendrá buenos ingresos. Por eso, un país competitivo es aquel que genera oportunidades y, por tanto, promueve el bienestar. Mayor competitividad equivale a mayor prosperidad, y según el Foro Económico Mundial, si la economía de un país es competitiva, el crecimiento económico es sustentable e inclusivo y la mayoría de la sociedad se beneficia de él económicamente.

Los índices de competitividad del Foro Económico Mundial determinan los países más competitivos y con un mayor bienestar para sus ciudadanos: Suiza, Singapur, Estados Unidos, Países Bajos, Alemania, Suecia, Reino Unido, Japón, Hong Kong y Finlandia.

Los índices de competitividad miden 12 áreas distintas. Por un lado, requisitos básicos que corresponden a etapas tempranas de desarrollo e incluyen instituciones, infraestructura, entorno macroeconómico, salud y educación primaria. Luego, potenciadores de eficiencia que evalúan los mercados: financieros, laborales y de bienes. También se considera capacitación y educación superior y preparación tecnológica para evaluar la transición a economías avanzadas. Finalmente, se miden innovación y sofisticación, evaluándose si una economía puede aprovechar negocios de clase mundial y contar con establecimientos de investigación y un gobierno innovador.

En el Perú, a fines de los años 90, el sector público y el privado hicieron una agenda de competitividad. Luego de varios intentos en el 2016 no quedaba nada activo. En el 2017, el Perú ocupó el puesto 72 de 137 países, detrás de Chile, México y Colombia.

Con Fernando Zavala se trabajará para mejorar en competitividad y calidad de vida. Ya México, Panamá, Chile y Colombia han asumido este esfuerzo conjunto de los sectores público y privado. El Perú no puede quedarse atrás.