“Portarse bien”, el mejor de los negocios en tiempos de pandemia, por Percy Marquina

Situaciones de crisis global y nacional como la que vivimos hoy evidencian uno de los principios, muchas veces soslayado, de la responsabilidad social empresarial, a saber, que la sostenibilidad de cualquier organización, y en particular de los negocios, descansa en el bienestar de la sociedad a la que sirven.

No se le debe confundir entonces con la filantropía. Si bien la segunda no es desdeñable, se rige por principios distintos a la primera. La diferencia más notoria es que la responsabilidad social empresarial es un manejo consciente y estratégico de las relaciones entre la empresa y sus grupos de interés, próximos y lejanos. La coyuntura actual, se está poniendo a prueba la fortaleza y el arraigo de ese principio.

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Si bien un negocio tiene como requisito para su subsistencia la rentabilidad para sus dueños o accionistas, la satisfacción de tal condición se maximiza gracias a la salud de la comunidad en que se desenvuelve. Por ello, un negocio responsable es un organismo que coopera con el bien de la sociedad en su conjunto.

En el corto plazo, el egoísmo puede parecer una opción viable comprendida como “autopreservación”, pero en el mediano y largo plazo se convierte en una apuesta inconducente. Sean pequeñas o grandes, las empresas que más se sostienen son aquellas que logran leer a tiempo las exigencias de las circunstancias y están comprometidas seriamente con el crecimiento y desarrollo de toda la comunidad, de cada familia y cada persona involucrada.

El temor a perder nos puede llevar a tomar decisiones rentables a corto plazo, pero muy dañinas para nosotros mismos. Las medidas basadas en el corto plazo, en el miedo o en simplemente seguir tendencias nocivas, causarán mella en la integridad (ética y financiera) de nuestra organización, y, por extensión, de la sociedad. Es imprescindible tener en cuenta que el bien común no se contrapone al individual, sino que es su más perfecta expresión.

Hoy resulta muy oportuno destacar los ejemplos de buenas prácticas que han empezado a ejecutar varias empresas peruanas e internacionales y que tienen la virtud de dar señales de tranquilidad y confianza de cara a la sociedad, sus colaboradores, al gobierno, sus proveedores e inclusive con su competencia.

En el Perú, empresas como Norky’s, Pastelerías San Antonio o las cadenas de hoteles Casa Andina y Costa del Sol, entre otras, han tomado el rumbo correcto. Las dos primeras, al poner a disposición de los trabajadores sus provisiones de alimentos; las otras dos, al brindar a las autoridades del gobierno sus instalaciones por estos días de emergencia sanitaria.

Entre las empresas internacionales, la firma Louis Vuitton, ha suspendido su línea de fabricación habitual para producir artículos sanitarios, así como otras empresas que han redirigido sus operaciones a la producción de respiradores artificiales. La compañía de telecomunicaciones AT&T, por su parte, está destinando fondos para contribuir con la educación en línea, así como expandiendo su ancho de banda en ciertas zonas a fin de facilitar el teletrabajo de sus clientes. Otros negocios están tomando medidas para reducir el impacto económico que esta crisis producirá entre sus empleados.

De esta manera, podemos señalar que los negocios son integralmente “buenos” cuando están ligados a la sostenibilidad del contexto en el cual se ubican, sea a nivel local o global. En estos días, estamos percibiendo con mayor claridad, aunque de manera dura, que cada economía regional está fuertemente vinculada una a otra y a nivel mundial. Por ello mismo, así como la aprensión y la incertidumbre pueden expandirse con mayor facilidad, es posible también que la cooperación y la solidaridad se extiendan y logren prevalecer. Hoy los buenos hombres y las mujeres de negocios cumplen una crucial función de liderazgo que trasciende sus propios negocios y las fronteras, en favor de la humanidad.

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¿Qué es un coronavirus?

Los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden llegar a causar infecciones que van desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, que se pueden contagiar de animales a personas (transmisión zoonótica). De acuerdo con estudios, el SRAS-CoV se transmitió de la civeta al ser humano, mientras que el MERS-CoV pasó del dromedario a la gente. El último caso de coronavirus que se conoce es el covid-19.

En resumen, un nuevo coronavirus es una nueva cepa de coronavirus que no se había encontrado antes en el ser humano y debe su nombre al aspecto que presenta, ya que es muy parecido a una corona o un halo.