Inés Temple

No sabía que era la planta del matico, hasta que de un impulso colgué la foto que le tomé en mis redes sociales, impresionada por su determinación para surgir de las ranuras del muro de piedra. Quería compartir la inspiración que sentí gracias a la fuerza, garra y resiliencia de esta plantita para seguir creciendo en el lugar menos adecuado para hacerlo, a pesar de todo.

La reacción de cientos de personas a esa foto me dejó igual de sorprendida, todos igual de admirados que yo por el matico, inspirados por su determinación a surgir en ese lugar hasta donde seguro el viento llevó su semilla. Y todos esos comentarios me hicieron recordar a la determinación y la fuerza del espíritu de tantas personas que salen adelante en su vida profesional o en sus negocios aun en las situaciones más difíciles o menos auspiciosas que uno pueda imaginar, incluso en la que vivimos actualmente.

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Segú estadísticas de LHH DBM Perú, el 27% de los ejecutivos y profesionales que cada año –incluyendo también este 2020– ayudamos a continuar sus vidas profesionales, optan por emprender. Y lo hacen, entre otras razones por la autosatisfacción y el deseo de independizarse, y no necesariamente por la falta de oportunidades de empleo o las reducciones de personal. Ellos comparten algunas de estas características:

  1. Buena salud, pues con frecuencia trabajan muchas horas y sin descanso.
  2. Necesidad básica de controlar y dirigir, ya que asumen las responsabilidades que el negocio les origina y les toca liderar, dirigir, guiar y enseñar a sus equipos.
  3. Confianza en ellos mismos para enfrentar a diario los problemas que se le presentan y seguir persistentes en el logro de sus objetivos.
  4. Interminable sensación de urgencia: nunca dejan para mañana lo que pueden hacer hoy, actuando siempre con energía y vitalidad.
  5. Percepción global, mantienen una visión panorámica del negocio y su entorno, pendientes de todo aquello que impactará en el desarrollo de su negocio: mercado, tecnología, leyes etc.
  6. Realistas. aceptan y enfrentan al mundo tal cual es. No pretenden cambiar las tendencias del mercado sino adaptarse a ellas, mejorándolas para ser cada vez más competitivos.
  7. Capacidad conceptual superior y también intuición, que les sirven para detectar dónde está el problema y cómo solucionarlo, evaluando sus operaciones permanentemente.
  8. Gran necesidad de logros, ya que encuentran su satisfacción en el éxito de sus negocios y el cumplimento de sus metas y objetivos, más que las cosas materiales asociadas al éxito.
  9. Suficiente estabilidad emocional. Tienen el control de sí mismos para lidiar con las ansiedades y presiones de un negocio. Son calmados y eficientes en situaciones de stress.
  10. Atracción por los desafíos, no por los riesgos. Prefieren situaciones en las que puedan influir en el resultado. Rara vez actúan hasta que no hayan evaluado todos los riesgos y alternativas.

Y, quizá la característica más importante que comparten los que exitosamente optan por emprender nuevos negocios, –así como quienes optan por vender sus servicios profesionales con visión empresarial–, es esa inacabable determinación para lograr lo que se han propuesto. Esa determinación es la que los lleva a dejar de lado cualquier excusa o barrera que puedan encontrar en su camino. Y así, los vemos surgir a diario, hasta entre las rocas si es necesario, listos a lograr sus objetivos y seguir creciendo.

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