El 2018 ha sido definitivamente un año movido en materia política y económica. Pero lo relevante ahora es entender cómo está el entorno de negocios al cierre del año, para analizar cómo entramos al 2019. Acá menciono cuatro características que me parecen relevantes.
1) El crecimiento de la economía global se está desacelerando. Hay indicadores que dejan muy claro que diversas economías del mundo –particularmente las europeas y China– están moderando su ritmo de crecimiento. Un buen reflejo de eso es la marcada desaceleración observada en el comercio global y la moderada corrección en el precio de algunos commodities relevantes para nosotros, como el cobre y el zinc. Este debilitamiento –que se explica por el retiro de estímulos monetarios y fiscales alrededor del mundo, así como por el proteccionismo comercial liderado por EE.UU.–, se intensificará el próximo año. Ello implica que el crecimiento de la economía peruana va a depender más de lo que hagamos en casa, dado que no tendremos el mismo impulso externo que nos empujó tanto este año.
2) Los trabajadores formales tendrán su mejor Navidad en cinco años. Gracias a la fuerte expansión de la oferta exportable agrícola y al inicio de un nuevo ciclo de inversión minera, el empleo y los salarios formales han retomado dinamismo. Así, la masa salarial (la suma de todos los salarios) en ese segmento cierra el año con tasas de crecimiento reales cercanas a 6%, no vistas en cinco años. Sin embargo, no se observa el mismo dinamismo en el mercado laboral informal, en el que el salario promedio acumula dos años seguidos de contracción en términos reales. Por ello, los hogares de menores ingresos no están percibiendo mejoras claras en su situación económica.
De hecho, los resultados de noviembre del Índice de Confianza del Consumidor de Apoyo Consultoría (Indicca) sugieren que cada vez más hogares de ingresos altos (niveles socioeconómicos AB) perciben mejoras en su situación económica familiar; mientras que muchos hogares de menores ingresos (niveles socioeconómicos DE) aún perciben que están peor o igual que hace un año. Este es solo un ejemplo adicional de la urgencia de reformar la legislación laboral, hacia una que deje de excluir a millones de personas de los beneficios del crecimiento económico.
3) Los empresarios están recuperando la confianza para invertir. Según el sondeo realizado este mes entre los más de 500 ejecutivos clientes del Servicio de Asesoría Empresarial de Apoyo Consultoría, el año cierra con buenos niveles de confianza para invertir, no vistos en más de dos años. Cerca de un tercio de los ejecutivos consultados señaló que sus empresas incrementarán el ritmo de sus inversiones los próximos seis meses. Por ello, podemos esperar que la inversión privada se mantenga dinámica en los próximos trimestres.
4) El presidente Vizcarra ha consolidado su liderazgo. El resultado del referéndum ha empoderado a Martín Vizcarra y ha consolidado sus elevados niveles de aprobación ciudadana. Esto contrasta con los bajos niveles de aprobación con los que cuentan los líderes de la oposición.
Esta consolidación del liderazgo del presidente Vizcarra en el tablero político ha disminuido significativamente los riesgos de que la situación política escale a una crisis de gobernabilidad. No obstante, los retos para hacer reformas y para aumentar la capacidad de gestión del gobierno se mantienen.
En suma, el año cierra con un dinamismo económico que está generando empleo formal y expectativas en el sector empresarial. Sin embargo, el 2019 estará marcado por retos importantes. Principalmente, el reto de que el gobierno aproveche el capital político para hacer reformas relevantes para la población.