Apurímac: ministros iniciarán diálogo por Las Bambas
Apurímac: ministros iniciarán diálogo por Las Bambas
Gonzalo Carranza

El 16 de abril del 2013, muy lejos de Cotabambas, comenzó el actual conflicto de . Ese día, el ministerio de Comercio de China (Mofcom) dio luz verde a la compra de la minera suiza Xstrata por parte de la anglo-suiza Glencore, pero con una condición: que vendiera a más tardar en septiembre del 2014 el yacimiento cuprífero en Apurímac.

El Mofcom estaba cumpliendo con una atribución relativamente reciente: ser la agencia encargada del control previo de fusiones y adquisiciones. Y lo hacía de una manera que resultó sorprendente para los entendidos por el nivel de intervencionismo que implicó exigir que una empresa se deshiciera de un activo fuera de las fronteras chinas y por incluso dictaminar cómo se debería calcular un rango de precios aceptable por este. 

El nivel de discrecionalidad también se hizo evidente, como apunta un reporte de la firma legal Mayer Brown, en el umbral de participación de mercado a partir del cual el Mofcom decidió que había ‘poder de mercado’: 7,6% de la oferta mundial de cobre y 12,1% de la oferta en China, sumando las participaciones que por entonces tenían Xstrata y Glencore. 

Estas cifras son considerablemente menores que los umbrales considerados usualmente por otras agencias de competencia. Por ejemplo, revisando la misma fusión, la agencia australiana concluyó que la nueva empresa tendría “una participación relativamente baja de la producción global” y destacó que existían varios “competidores sustanciales”. 

Para el Perú, la consecuencia del fallo de Mofcom fue separar Las Bambas de Tintaya, otro activo de Xstrata que quedó en manos de Glencore. Con este desmembramiento, el nuevo dueño de Las Bambas, MMG, decidió dejar de lado el mineroducto hasta Espinar. Y con ello, la vía por la que hoy pasan los camiones cargados de cobre se volvió protagonista de esta historia.