El IPE proyecta que el déficit fiscal estará en 3,2% este año
El IPE proyecta que el déficit fiscal estará en 3,2% este año
Redacción EC

La salud macroeconómica es un elemento fundamental para crear confianza y, con ella, las condiciones para atraer la inversión, generar mayor ingreso y consumo, diversificar la economía y crear más riqueza para más ciudadanos. Por ello, el buen manejo macroeconómico es reconocido y apreciado por los agentes económicos y por los inversionistas. 

En esta línea, el será un factor que atraerá mucha atención ahora que el nuevo gobierno está próximo a buscar la aprobación del presupuesto de la República para el 2017 con el objetivo de financiar la reactivación económica, la formalización y la construcción de la infraestructura para el desarrollo.

El ministro de Economía y Finanzas, Alfredo Thorne, anunció está semana que el déficit será de alrededor de 3% del PBI este año y que el próximo se reduciría a 2,5%, y así sucesivamente, para que el 2021 sea de 1%. Sin embargo, muchos apuntan que lograrlo no será nada fácil y, por el contrario, hay razones que pueden complicar los números futuros.

La preocupación proviene de que la bajada del IGV en un punto porcentual junto a la reestructuración de la estructura tributaria (con exoneraciones y ventajas orientadas a las personas y pequeñas empresas) y la ampliación del gasto para mayor inversión pública en educación, salud, seguridad, agua y desagüe e infraestructura podría mantener el déficit fiscal en los niveles actuales o incluso aumentarlo. Estos déficit se tienen que financiar con más emisiones de bonos, lo cual seguramente sucederá a niveles que mantengan el riesgo país actual y el ráting crediticio de BBB+. El riesgo país es fundamental si se busca reactivar la economía para alcanzar los niveles de crecimiento del PBI de 5% anual o más.

El impulso de la reforma tributaria y la mayor inversión pública, junto con una gestión responsable de la deuda y del déficit fiscal, debería lograr revertir la trayectoria negativa e impulsar la inversión privada. Este escenario impulsaría la demanda interna y un repunte gradual del crecimiento agregado, no solo proveniente del sector primario y minero, sino también de una mejor dinámica en el consumo.

El riesgo vendría de la oposición en el Congreso o de un revés importante en contra de los mercados emergentes. El frente político, creemos, permitiría ejecutar un buen manejo de las finanzas públicas. Por su parte, el frente internacional presenta un contexto más neutral para los mercados emergentes, los mismos que ya habrían tocado fondo y estarían empezando a crecer otra vez (las monedas, los precios de las materias primas y el crecimiento de las economías han mejorado los últimos dos trimestres).

Por lo anterior, somos optimistas respecto al buen manejo fiscal, de la deuda interna y externa (del riesgo país) y de atraer la inversión privada necesaria que nos permitirá recuperar el crecimiento de niveles de 5% o más.

El Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.