(Foto: Archivo)
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Paul Rebolledo

El 2018 nos deja con rentabilidades austeras y alta volatilidad en los . En este contexto, resulta interesante contrastar su evolución con la visión inicial del mercado y, a la luz de ello, brindar algunas perspectivas generales para el 2019.

En materia de renta fija, el consenso recomendaba cautela en duración ante un escenario de alzas más agresivas de tasas de interés en EE.UU. Los resultados obtenidos (-3,3% en bonos corporativos globales en dólares y 4,7% en corporativos locales en soles) avalan esta visión. 

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Respecto de la renta variable, la perspectiva era optimista, inspirada en un crecimiento económico global sólido con utilidades corporativas robustas que se verían reflejadas en precios. La entre EE.UU. y China fue un factor desestabilizador e inesperado. A diferencia de la visión inicial, EE.UU. renta -12%, Europa -19% y mercados emergentes -17% (en US$).

Sobre las monedas, el mercado apuntaba a una apreciación paulatina del dólar norteamericano en línea con la visión de alza de tasas en EE.UU. Esta perspectiva también fue avalada (aumento de 4,9% frente a una canasta de monedas de países desarrollados). 

En este contexto, el 2019 resultará particularmente retador para los inversionistas debido a la importancia creciente de los riesgos geopolíticos (recrudecimiento de la tensión comercial, un ‘brexit’ desordenado, una creciente política armamentista, entre otros). Estos riesgos resultan más difíciles de estimar y cubrir que los riesgos financieros. 

Así, por ejemplo, un escenario basado en un alza de tasas en EE.UU. menos agresiva, que juega a favor de algunos activos de riesgo (bonos y acciones de países emergentes, por ejemplo), podría verse empañado por una agudización de la tensión comercial y sus efectos en la economía global. 

Dada la volatilidad esperada, la orientación de las inversiones en los siguientes meses se inclinaría a la preservación de capital. Probablemente, la ponderación de activos líquidos (depósitos y bonos de corto plazo) en los portafolios será mayor en la medida en que la preponderancia de los riesgos geopolíticos permanezca. De otro lado, se tomarían posiciones en activos de mercados emergentes, particularmente golpeados este año, con predilección por sectores menos vinculados a disrupciones externas como consumo interno, infraestructura y bienes raíces. 

Ante este escenario, y como regalo de Navidad, vienen muy bien algunas recomendaciones para mejorar las decisiones de inversión brindadas por Daniel Kahneman (Nobel de Economía 2002), durante la última conferencia anual del CFA Institute: a) Tener un proceso disciplinado de inversión con reglas claras de construcción (mejor aun si se trata de un proceso algorítmico), dejando menos espacio a la subjetividad en la ejecución. b) Tomar la visión amplia del impacto de una decisión en el portafolio total, no de manera aislada por clase de activo. c) Revisar cuán propenso es el cliente a arrepentirse por pérdidas y respetar su tolerancia al riesgo. d) Buscar consejo de un amigo cercano experto con “cabeza fría”, en aras de conseguir una perspectiva amplia. Felices fiestas.