Por primera vez desde el 2002, con excepción de la crisis internacional que afectó fuertemente el año 2009, la economía peruana ha crecido a menos de 3%, después de haber promediado algo más de 6% del 2002 al 2013. Follow @PortafolioECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Las causas son claras: la reversión del auge de las materias primas mineras, que coincidió con una baja de nuestras producciones tradicionales de agricultura, minería y pesca. El elemento adicional ha sido que el gobierno no pudo compensar, incluso parcialmente, esta caída por el desorden y la corrupción en varias regiones que impidieron que la inversión pública aumentara de manera anticíclica. En vez de eso la inversión pública se detuvo en 6% del PBI, cifra elevada pero no lo suficiente para impulsar la economía peruana.
Sigue a Portafolio también en Facebook
Entonces tenemos un clásico acontecimiento del ciclo de las materias primas, que tiene grandes momentos de expansión y otros de contracción. Basta ver que en el 2012 las exportaciones del Perú eran US$46 mil millones (teníamos solo US$6 mil millones en el año 2000), y ahora en el 2014 fueron US$38 mil millones: esa caída explica una gran parte del descenso de la tasa de crecimiento.
¿Qué pasó con las materias primas? Una palabra: China. El gobierno chino está haciendo un reajuste financiero interno reduciendo la expansión crediticia de los bancos locales, reajustando a los gobiernos provinciales, muchos de los cuales son dueños de grandes industrias estatales o semiestatales. El resultado es que la construcción, que depende fuertemente de masivos desarrollos de departamentos y de construcción de infraestructura, está frenada. Uno de los pocos sectores con crecimiento es la construcción de líneas de transmisión y la electrificación del país, las cuales han mantenido una demanda para el cobre que crece alrededor de 11% anual. Pero aún este factor está perdiendo fuerza. Al mismo tiempo Europa sigue deprimida: una comunidad económica que explica 25% de la demanda mundial tiene varios países importantes parados.
El rey de las materias primas es el petróleo. Generalmente se puede decir que si sube el petróleo, suben los metales y, como consecuencia de la inflación, sube también el oro. En los últimos 40 años el petróleo se movía en gran parte como resultado de las decisiones de la Organización de Países Petroleros (OPEP), capitaneados por Arabia Saudí. Pero en los últimos cinco años este oligopolio (alrededor de 40% de la producción mundial) se ha visto atacado por el inmenso éxito de Estados Unidos en recuperar su producción petrolera. De 5,5 millones de barriles diarios de producción en el 2008, Estados Unidos está hoy en 9 millones.
Este desarrollo se debe un poco al esfuerzo del gobierno norteamericano para desalentar el consumo vehicular y promover el desarrollo del transporte ferroviario de carga, pero sobre todo responde a grandes cambios tecnológicos promovidos por el sector privado: el llamado ‘fracking’ (la fracturación de esquistos con inyección de agua para liberar gas y petróleo) y, aun más importante, la perforación horizontal, que permite tomar una capa entera de depósitos petroleros o gasíferos, que generalmente son horizontales, en vez de buscarlos desde arriba con perforaciones individuales. El cambio en Estados Unidos, junto con el ajuste en China y la recesión europea, han derrumbado por ahora el precio del petróleo: en las últimas semanas el marcador internacional de petróleo Brent ha caído de unos US$90 a US$60 por barril. ¿Por cuánto tiempo? Nadie lo sabe pero es lógico pensar que la depresión puede durar hasta que Europa empiece su recuperación, la cual por el momento es distante. La caída del precio del petróleo ayuda al Perú, importador neto, pero ciertamente no promoverá la ya frenada exploración petrolera.
Agréguese a este coctel lo que hará la Reserva Federal de Estados Unidos, el banco central más importante del mundo. Ya lo anunció y, gradualmente, tratará de hacer subir las tasas de interés en Estados Unidos y por consiguiente las internacionales. No vemos con claridad si esta alza tendrá un efecto de freno en la economía internacional, porque lo más probable es que el reajuste sea lento. Pero la incertidumbre subsiste y naturalmente afecta, como lo hizo en el 2014, las perspectivas monetarias de los países “emergentes”. Las intenciones de la Reserva Federal han sido la causa más importante de la devaluación de todas las monedas de América Latina en el 2014.
¿Debemos seguir siendo pesimistas? Creo que no. Se notan unos pequeños rebrotes de confianza empresarial, las crisis en el café, el arroz y la pesca pasarán, y se viene en los próximos 18 meses la puesta en marcha de cuatro grandes proyectos mineros: Constancia, Las Bambas, Toromocho y la siguiente etapa de Cerro Verde.
LEE LA COLUMNA COMPLETA EN LA EDICIÓN IMPRESA.
POR SI TE LO PERDISTE...
Diseñamos una herramienta para que calcules tu ahorro al pagar menos Impuesto a la Renta -► http://t.co/lj3EjD9YA5 pic.twitter.com/hq4OKsEnUv— Portafolio EC (@PortafolioECpe) enero 2, 2015