Paul Rebolledo

En el último año, los bancos centrales alrededor del mundo han venido incrementando sus tasas de interés de manera continua hacia niveles no vistos en más de una década. Así, las autoridades monetarias tratan de encontrar el difícil balance entre el control de la inflación y una desaceleración suavizada de sus economías.

A nivel local, nuestro banco central comenzó su campaña de alzas de tasas en agosto de 2021. La tasa referencial del BCR, clave para la de préstamos y depósitos del sistema financiero, ha subido de 0,25% (julio 2021) a 7,75%. Siguiendo este patrón, en este período, la tasa de préstamos hasta 1 año a empresas corporativas aumentó de 1,4% a 9%, mientras que la de depósitos entre 6 meses y 1 año lo hizo de 1% a 7,7%.

Como resultado del incremento del costo financiero, la inflación local ha comenzado a ceder (aunque de manera más lenta a lo que el BCR estimaba), con lo que las probabilidades de alzas adicionales de tasas han disminuido sustancialmente. Ello se refleja en la reciente caída de los rendimientos de certificados de depósitos emitidos por el BCR (a 90 días y 180 días) y de bonos soberanos de corto plazo, que cotizan en el mercado a tasas por debajo de la referencial (técnicamente, una mayor inversión en la curva de tasas a plazos cortos). Ante la cercanía del fin del ciclo alcista de tasas, el atractivo de los depósitos a plazo se ha incrementado sustancialmente. Dicho atractivo, que implica mayores rendimientos en términos reales (es decir, descontando inflación), es impulsado además por la reciente mayor intensidad en la competencia de entidades financieras por aumentar sus captaciones.

En estas circunstancias, los ahorristas en depósitos a plazo deben tener en cuenta que, bajo las circunstancias actuales, se pueden encontrar tasas de muy corto plazo (de 6 meses a 1 año) por encima de la de plazos mayores (2 o 3 años). Ello no significa necesariamente que siempre convenga tomar un depósito de muy corto plazo (recomendación común en algunas casas bancarias), dado que, a la redención de este depósito (tras 1 año, por ejemplo), las tasas de mercado podrían estar muy por debajo de sus niveles actuales.

Así, en la actual coyuntura de tasas altas, los depósitos a plazo representan un buen complemento en la estrategia de diversificación de un portafolio. Más aun, para los perfiles más conservadores, constituye una oportunidad temporal de rendimientos altos con escasa volatilidad.

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