"Estructural vs. real: el debate fiscal que se viene" [Opinión]

“Lo primero que estamos planteando es que la meta [de resultado fiscal] se dé sobre un déficit nominal”, le dijo el ministro Alfredo Thorne al diario “Gestión” a inicios de mes. Con ello, se revertiría la reforma que impulsaron Luis Miguel Castilla y Alonso Segura para tener hoy una regla de balance fiscal estructural y, de paso, se reabre uno de los debates más intensos, pero poco atendidos, sobre política económica en el Perú.

Traducción
Para seguir el debate, es crucial entender la distinción entre un déficit nominal (u observado o, en términos muy coloquiales, real) y uno estructural. Un ejemplo cotidiano puede ser útil. 

Imaginemos a Juan, un joven que ingresa a trabajar a una minera, con un sueldo que se moverá en función del precio del cobre y del oro. Juan planea trabajar allí unos cinco años y, en ese lapso, quiere invertir en una maestría, un seguro médico y un departamento. 

Como Juan cree que su sueldo no le alcanzará para todo, está dispuesto a soportar un pequeño déficit, con el que sus deudas no se saldrán de control. Para ello, Juan se pondrá una regla: gastará cada año no más de un 1% adicional a sus ingresos, que financiará con su tarjeta de crédito. 

Regla estructural
Hasta ahora, Juan está pensando en su déficit nominal (u observado o real, pues está restando sus gastos y sus ingresos en la vida real). 

Pero recordemos que los ingresos de Juan son variables, pues dependen del precio del cobre y el oro. Si estos metales suben mucho un año, Juan podría también comprarse un auto de lujo, y aun así gastar solo un 1% más que sus ingresos. En cambio, si el precio de los metales cae mucho, esta regla podría ser demasiado estricta para las importantes metas que Juan se trazó para sus cinco años en la minera.

Castilla y Segura le propondrían a Juan imponerse una regla estructural. Esta consistiría en calcular un precio fijo de los metales basado en sus fundamentos de largo plazo, estimar su sueldo de los cinco años con este parámetro y fijar que sus gastos sean un 1% superiores a esos sueldos “simulados”.

Juan, ya se habrá dado cuenta el lector, es como el Perú: sus ingresos dependen de los precios de los metales –y, en el caso del país, del ciclo económico– y necesita invertir en educación, salud e infraestructura en los próximos años. 

¿Con qué regla fiscal? No faltarán argumentos de un lado o del otro. La regla nominal es más fácil de entender y monitorear, y la regla estructural no impidió la explosión de la planilla pública en el gobierno nacionalista, pero, sin una regla estructural, el resultado fiscal tiende a ser procíclico, con Juan derrochando en los buenos tiempos y demasiado ‘aguja’ en los malos.