Hace dos años, cuando recorríamos una de las obras de construcción de redes en Lima, se me acercó un usuario que ya contaba con el servicio de gas natural y que había sido beneficiado con el subsidio al 100% de la conexión interna de su vivienda a través del FISE-Bonogas. Esta persona me mencionó que estaba muy agradecida con la llegada del gas natural a su casa y que sabía que ello le permitiría ahorrar en energía, lo que mejoraría la economía de su hogar. Si bien esta es una de las 1.8 millones de viviendas conectadas a los más de 17.000 km de redes de gas natural, aún no es suficiente.
El usuario me comentó que sus familiares, ubicados a solo 200 metros de nuestra red de distribución, en una zona alta de la capital, no podían obtener al servicio debido a las restricciones técnicas de acceso. A pesar de la normativa vigente prohibía extender las tuberías de gas natural a estas áreas, sabíamos que no podíamos quedarnos de brazos cruzados.
En la medida que avanzábamos con el tendido de las redes, esta situación era cada vez más frecuente en una ciudad que, en los últimos 40 años, duplicó su población, y que hoy supera los 11 millones de habitantes, teniendo en las zonas de cerros, algo más de 350 mil habitantes, la mayoría de ellos, con muchas necesidades.
Entendiendo el contexto, a finales del año 2021, luego de la pandemia, en Cálidda iniciamos conversaciones con el Ministerio de Energía y Minas y con el Osinergmin, con la finalidad de trabajar en conjunto para encontrar el camino y poder habilitar la construcción de redes de gas natural en las zonas altas de Lima, en donde la necesidad de tener acceso a una energía que es económica limpia y segura, debe ser una prioridad.
Inicialmente, logramos compartir con las distintas autoridades de nuestro sector las experiencias recogidas en otros países de la región, que tenían la misma situación de viviendas en zonas altas con difícil acceso, y que habían planteado diversas soluciones.
Estas alternativas fueron minuciosamente revisadas por el equipo técnico del Osinergmin, aportando algunos ajustes basados en su experiencia y ayudándonos a darle viabilidad a este sueño de poder atender a la población más necesitada de nuestra ciudad. Tras ello, logramos la aprobación para implementar un primer piloto en las laderas de cerro. La zona inicial escogida fue los cerros de Bayóvar, en el distrito de San Juan de Lurigancho.
Hoy, finalmente, luego de dos años de trabajo conjunto con nuestras autoridades, que incluyeron varios estudios técnicos en la zona, estamos implementando este primer piloto, que consta de 2.000 metros de redes de distribución, y que permitirá en pocos meses tener las primeras 500 viviendas en nuestros cerros limeños con gas natural.
Si bien sabemos que los tiempos, costos y accesos serán siempre un desafío a superar, estoy seguro de que abrirá más oportunidades para que podamos replicar esta iniciativa en otras zonas con características similares en Lima y Callao.
Un reconocimiento especial para la señora Angélica Huapaya, representante vecinal de la zona beneficiada por este piloto y a sus vecinos, quienes son nuestros socios estratégicos en estos trabajos, apoyándonos desde antes del inicio de obra.
Estas historias nos demuestran que cuando trabajamos juntos, empresa privada, autoridades y la población, podemos lograr grandes cosas en beneficio de miles de familias peruanas.