Las elecciones presidenciales del 2016 en EE.UU. no solo trajeron consigo un cambio de timón en la Casa Blanca, sino que los republicanos obtuvieron el control en ambas cámaras (senadores y representantes) del Congreso; con ello el presidente Trump no tuvo mayores inconvenientes en sus dos primeros años de gobierno para pasar varias de las reformas que ofreció durante su campaña.
El martes 6 de noviembre se llevaron a cabo las elecciones de renovación congresal, también conocidas como ‘midterm elections’, a través de las cuales se renovó toda la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. Como resultado de esta elección, los demócratas retomaron el control de la Cámara de Representantes, mientras que los republicanos afianzaron su mayoría en el Senado. Esta división de poderes, también conocida como ‘gridlock’, se ha presentado con bastante frecuencia hacia la mitad del mandato de muchos presidentes en dicho país y traerá consigo algunos cambios que vale la pena analizar.
Es muy probable que nos encaminemos hacia una etapa donde tanto demócratas como republicanos intentarán posicionarse de cara a las elecciones presidenciales del 2020. Los analistas pronostican un entorno en el cual será muy complicado para Trump pasar reformas relacionadas al gasto, incluyendo paquetes fiscales.
Con relación a iniciativas que involucren un mayor gasto en infraestructura, probablemente estas cuenten con el apoyo de los demócratas; sin embargo, está por verse si el Gobierno y la oposición podrán ser capaces de lograr puntos de encuentro.
Por el contrario, deberíamos esperar pocos cambios en otros frentes como la política de comercio internacional, así como iniciativas para reducir la regulación en algunos sectores, temas en donde el Ejecutivo tiene amplios poderes. Por último, no podemos descartar una intensificación en las investigaciones al gobierno de Trump y un potencial intento de vacancia, cosa que será muy complicada de aprobar considerando que los republicanos mantienen una mayoría en el Senado.
Los mercados financieros reaccionaron positivamente al resultado de estas elecciones, muy probablemente porque el desenlace reduce el nivel de incertidumbre, pero también porque en el pasado la bolsa norteamericana ha tenido muy buenos resultados en escenarios donde el control de ambas cámaras del Congreso estuvo dividido. Sin embargo, este entusiasmo inicial en los mercados de acciones no pudo sostenerse a raíz de la intensificación de los temores por una desaceleración de la economía global y a los malos resultados o pronósticos de algunas empresas que reportaron resultados en los días posteriores a las elecciones.
El sentimiento en los mercados se mantiene bastante negativo y pasadas las ‘midterm elections’ el mercado ha vuelto a enfocarse en riesgos como el incremento en las tasas de interés, la desaceleración económica en Europa y la evolución de las tensiones comerciales entre China y EE.UU.
Si bien estas elecciones no han sido el catalizador necesario para revertir este sentimiento, puede que este nuevo escenario haga que Trump se muestre más abierto a lograr un acuerdo comercial con China para no afectar el crecimiento económico del mundo, y sobre todo de EE.UU., a medida que nos acercamos a las próximas elecciones presidenciales.