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Mito N° 1: La minería paga pocos impuestos
Durante los últimos 12 meses, la recaudación fiscal por minería alcanzó un máximo histórico de casi S/30 mil millones. Es decir, por cada S/7 soles que recibe el Estado en ingresos públicos, S/1 viene de minería. Los nuevos récords de recaudación minera demuestran la progresividad del régimen fiscal. Esto quiere decir que cuando los precios suben, la recaudación aumenta proporcionalmente más. Este mito es falso.
Mito N° 2: La minería emplea pocos trabajadores
El sector minería emplea directamente a casi 230 mil trabajadores. Sin embargo, debido a sus elevados encadenamientos productivos con otros sectores, se estima que indirectamente emplea 1.8 millones trabajadores adicionales. En total, 2.1 millones personas o 1 de cada 8 de empleos en el Perú dependen de la minería. Este mito es falso.
Mito N° 3: La minería no contribuye a la disminución de la pobreza
Si bien las empresas mineras no son responsables de reducir la pobreza, sí contribuyen activamente. Por estudios sabemos que los distritos productores mineros tienen un consumo por habitante 9% mayor y un nivel de pobreza y pobreza extrema 2.6 puntos porcentuales menor, que otros distritos comparables1. Además, la mayor transferencia de canon y regalías hacia distritos mineros está asociada con mejores puntajes en razonamiento matemático por los mayores recursos destinados a infraestructura educativa2. Este mito es falso.
Mito N° 4: La minería trabaja de espaldas a las comunidades
Más del 50% de los trabajadores mineros son originarios de la misma región. Además, las empresas mineras ejecutaron inversiones sociales por casi S/7 mil millones entre 2007 y 2019, destinando casi la mitad a programas para dinamizar el empleo y la economía local. Por último, durante la última década se constituyeron ocho fondos sociales que ejecutaron más de 1,300 proyectos con una inversión de S/1,200 millones en beneficio de las comunidades locales de las zonas de influencia minera. Este mito también es falso.
La minería ha sido y es uno de los principales motores del crecimiento económico del Perú. En lugar de meterle cabe, preocupémonos por elegir mejores autoridades para que los recursos que esta actividad genera se traduzcan en mayor bienestar para todos.