Michelle  Barclay

Llegamos en bus a una de las principales oficinas de Amazon a nivel global. La visita tenía como propósito entender su cultura, su estrategia y cómo manejan el negocio en esta era de cambios constantes y “nuevas normalidades”.

El corazón de su negocio es el cliente; no hay nada más importante. Sobre este eje se adaptan muy rápido a las tendencias y son ejecutivos en la toma de decisiones. Dentro de las idiosincrasias de su cultura está la regla de las “dos pizzas”: los equipos internos deben ser lo suficientemente chicos para ser alimentados por dos pizzas. El propósito de esta regla es la eficiencia y escalabilidad. Cuando los equipos son reducidos invierten menos tiempo manejándose y manteniendo a todos al día; de esta manera pueden dedicar más tiempo a ejecutar las tareas pendientes.

Otra dinámica de su cultura es que en sus reuniones no se usa “Power Point”. Nos cuentan que cuando tienen que plantear un nuevo proyecto, deben escribir un memo de máximo seis páginas muy bien sustentado. Este memo es entregado a todos los asistentes a la reunión, quienes se sientan en silencio a leerlo y entender las ideas. Así pueden empezar la discusión directamente.

Estos son solo dos ejemplos de los tantos que escuchamos ese día. Una cultura de innovación, mirando siempre al futuro y pensando siempre como si fuera el primer día. Es por todo esto que Amazon fue considerada en su momento un “unicornio” del comercio en línea. Por su valoración en el mercado, Amazon superó el umbral del “unicornio” hace mucho tiempo; sin embargo, sigue siendo un gran referente para los nacientes unicornios.

Las empresas “unicornio” son excepcionales y únicas en su especie. Son conocidas como “start-ups” que alcanzan una valoración de mercado de por lo menos mil millones de dólares antes de tener presencia en la bolsa de valores. Están usualmente relacionadas con el mundo de la tecnología: AirBnB, Space X, Rappi, entre otras.

Empresas como estas no se mantienen como “unicornios” para siempre. Después de alcanzar este estatus su camino puede variar dependiendo de diversos factores. Algunas empresas “unicornio” salen a la bolsa de valores, otras son adquiridas o, incluso, pueden convertirse en una empresa “Fénix”.

Según Peter Hinssen, autor de “El Fénix y el Unicornio” y experto en el campo de la innovación y transformación digital, estamos en la década de las empresas “Fénix”. Es decir, en una época en la que empresas tradicionales, que pueden haber enfrentado dificultades significativas, se están revitalizando o renaciendo como el ave fénix.

Hinssen menciona que el contexto actual de “nuevas normalidades” es un empuje para que las empresas tradicionales se regeneren y reinventen. Un ejemplo de empresa “Fénix” es Walmart, que hace unos años optó por realizar mayores inversiones en comercio electrónico y tecnología, incluyendo algunas adquisiciones, para mejorar la experiencia de sus clientes. Así logró adaptarse y evolucionar en el entorno minorista. Otras empresas calificadas como “Fénix” son Lego, Netflix y Apple. Todas ellas han sido capaces de transformarse ante diversos desafíos.

Hoy la mirada de las empresas de cualquier sector debe ser expansiva: no basta dedicarse únicamente a su actividad ordinaria. Vemos que las estrategias empresariales de empresas globales están constantemente mirando hacia adelante y, más importante aún, preparándose para el futuro.

Ser innovador implica, en términos amplios, realizar acciones que generen valor. Si bien esto se relaciona normalmente con la adoptación de nuevas tendencias tecnológicas, la innovación implica también explorar nuevas oportunidades, buscar aliados y socios para el crecimiento, ser flexible y ágil en la toma de decisiones para mantener competitividad, así como contar con líderes comprometidos con la generación de valor. Si bien cada sector de la economía tiene sus particularidades, la necesidad de regeneración y reinvención es un común denominador a nivel mundial.

Como dice Hinssen: “La innovación no es solo un evento, es un proceso continuo de aprendizaje, experimentación y adaptación”. No todas las empresas nacen como unicornios pero todas pueden innovar y renacer como el Fénix.