El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de publicar sus proyecciones de crecimiento para el 2020, ajustando a la baja su anterior pronóstico.
Esta corrección no ha sorprendido a los mercados, ya que muchos indicadores económicos venían mostrando esta tendencia en diferentes regiones sin excepción. Los riesgos hacia adelante para el crecimiento económico tienen un sesgo negativo principalmente por la incertidumbre alrededor del desenlace e impacto económico del conflicto comercial entre Estados Unidos (EE.UU.) y China. Dicho esto, el escenario base para el mundo parece ser el de una desaceleración mas no una recesión, con lo cual debemos pensar cómo invertir en ese contexto.
►FMI alerta sobre el creciente endeudamiento de las empresas
►El FMI avisa que las perspectivas económicas son “precarias”
Empecemos por las acciones cuyos precios se ven afectados mayormente por la evolución de las utilidades de las empresas que los emiten.
Un entorno de bajo crecimiento generalmente no es el mejor para la generación de mayores ingresos y utilidades, con lo cual las oportunidades en los mercados de acciones se vuelven más escasas y su rentabilidad esperada disminuye.
Cuando analizamos los precios actuales de las acciones en los distintos mercados del mundo y los comparamos con su historia, vemos que están caras, en especial en EE.UU. Si ajustamos los precios históricos por los ciclos económicos, se ven más caras aún. Nos encontramos en un momento poco propicio para tomar grandes apuestas en acciones y más bien deben considerar algunos sectores más defensivos que puedan tener un mejor desempeño ante una desaceleración mayor a la que espera el mercado y el FMI.
Para el mercado de bonos, la situación no es más alentadora, ya que los niveles de las tasas están extremadamente bajos, con lo cual su rendimiento corriente en los próximos meses debería ser muy bajo.
Sin embargo, un contexto de bajo crecimiento, no recesivo, es favorable para ciertos segmentos de renta fija que tienen más riesgo de crédito pero menos sensibilidad ante una eventual subida de tasas. Entre estos, puedo mencionar los bonos de grado especulativo, también conocidos como High Yield, o los de mercados emergentes.
Para el mercado de divisas el panorama es menos claro, ya que si bien el dólar se encuentra caro bajo distintas métricas con relación a otras monedas, incluido el sol, en un contexto de alta incertidumbre por la guerra comercial y otros riesgos geopolíticos, podría apreciarse temporalmente por su condición de activo refugio.
Las inversiones denominadas “alternativas” pueden ser una opción interesante en este contexto. Los fondos de capital privado ofrecen retornos por encima del mercado de acciones públicas a través de una prima por iliquidez y por la capacidad de un gestor de mejorar la operación o estructura de capital de estas empresas. Inversiones inmobiliarias y en infraestructura ofrecen el atractivo de diversificación con respecto a los mercados tradicionales de acciones y bonos.