María Rosa Villalobos

Esta semana, se tuvo una reunión en la Comisión de Economía con representantes de la SBS, el MEF y el BCR para debatir la reforma del sistema de pensiones. Paralelamente, el titular del MEF, Alex Contreras, mencionó en la Comisión de Presupuesto que no pueden haber dentro del Estado regímenes heterogéneos y desiguales. Por ello, adelantó que se planteará una pensión mínima que equipare a todos los sistemas públicos. En buena cuenta, un intento por alinear todos los regímenes pensionarios nacionales.

En este punto específico, todos los jugadores estatales mostraron consenso, y aunque están conscientes de que ello generará un costo mayor para el erario público, parece ser que el momento de ordenar la casa ha llegado, como lo dijo el mismo Contreras.

Entre los puntos que hace falta debatir se encuentra, por ejemplo, el ente que regule y gestione las pensiones. De hecho, no existe aún un acuerdo sobre si el mismo organismo debe tener a su cargo las dos funciones, puesto que podría enfocarse solamente en regular, y dejar a otras entidades (públicas y privadas) la tarea de la gestión. Actualmente, la SBS es la entidad pública que regula al sistema privado de pensiones, pero desde hace mucho ya se encuentra en la mesa la posibilidad de crear un organismo autónomo, con independencia presupuestal, que le tome la posta. Lo importante es que quien sea nombrado/a como cabeza de este ente tenga un perfil técnico, para no replicar lo sucedido con el Indecopi durante el gobierno de Pedro Castillo. Los resultados serían aún peores.

Otro punto que falta discutir es si habrá o no un pilar solidario, que no es otra cosa que un pozo común. De tener un pilar solidario, ¿cuánto de mi ahorro personal irá al fondo común y cuánto irá a mi cuenta individual? Esta última pregunta toma especial importancia si se toma en cuenta que en el Perú, el trabajador formal -una parte muy reducida de la PEA nacional- es el único afecto a los descuentos previsionales. Ni el empleador ni el Estado contribuyen, esquema no se repite necesariamente en todos los países de la región. Si se cumple lo adelantado por Contreras, sugerir y tangibilizar una pensión mínima, habrá que organizar el sistema de tal forma que no nos lleve al desfalco. Y, que además, comience a funcionar con y por las personas que más lo necesitan. ¿Reemplazaría esta nueva idea a Pensión 65 y Contigo? Como ha sido descrito, debería. Muchas preguntas aún, la discusión está abierta (una vez más).

María Rosa Villalobos Editora de Economía y Día 1