Evans Avendaño

La industria de la aviación en el Perú está parcialmente liberalizada. A pesar de ello en la última década se han experimentado altas tasas de crecimiento anual en el número de pasajeros internacionales y domésticos, superiores al 10%.

Conforme a los tratados internacionales, existen nueve libertades o derechos de tráfico aéreo que los Estados otorgan a las aerolíneas extranjeras para que estas puedan utilizar el espacio aéreo de un determinado país.

El Perú suele negociar estos derechos en acuerdos bilaterales otorgando solo cinco de estas nueve libertades, lo cual impide el desarrollo del sector en todo su potencial.

Limitar los derechos de tráfico aéreo restringe la competencia entre aerolíneas. Para dar un ejemplo, la octava libertad, hoy negada en los acuerdos bilaterales celebrados por el Perú, permitiría el cabotaje en el sector aéreo, es decir, la posibilidad de que un vuelo de una aerolínea internacional que venga del extranjero a un aeropuerto regional pueda conectar con otra región. Esta libertad permitiría el desarrollo de los aeropuertos regionales, cuya conectividad hoy depende casi exclusivamente de los vuelos internacionales que llegan al aeropuerto de Lima y alimentan a los vuelos domésticos.

Pero la liberalización del sector no debe limitarse únicamente en otorgar mayores derechos de tráfico aéreo, sino que requiere de un ambiente de negocios adecuado libre de marcos regulatorios onerosos que tienden a aumentar los costos de hacer negocios. Los diversos procedimientos administrativos no deben ser impedimento para el crecimiento y desarrollo de este o de cualquier sector industrial.

La evidencia empírica demuestra que la liberalización del sector, la privatización y la desregulación no terminan generando concentraciones de mercado, sino que, por el contrario, permiten una mayor competencia en beneficio de los consumidores.

Basta con analizar los procesos de desregulación en 1978 en Estados Unidos y el proceso emprendido por la Unión Europea con la creación de un mercado único en 1992 para corroborar los grandes beneficios de la liberalización y la desregulación.

Los procesos de liberalización a partir de las reformas de los noventa han generado mercados competitivos en diversos sectores. Son precisamente estos mercados competitivos, cuyas potenciales ganancias, junto con el siempre presente riesgo de pérdida o quiebra, los que incentivan a los empresarios a mejorar constantemente la calidad de sus servicios, a producir de manera más eficiente a precios accesibles, a segmentar sus servicios de tal manera que la gama de opciones encaje en diversas necesidades, entre otros.

Todos estos beneficios se han dado también en el sector aerocomercial, donde hoy existe una mayor competencia entre aerolíneas, teniendo como resultado que el costo de los pasajes aéreos ha disminuido, las frecuencias de vuelo han aumentado y nuevas rutas han surgido. Finalmente, los consumidores finales, con sus decisiones, son los verdaderos empoderados en estos procesos. ¡Retomemos esta senda para potenciar aún más estos beneficios!

Evans Avendaño, Gerente general de Aeropuertos del Perú y Miembro del Comité Ejecutivo del Consejo Directivo de ACI-LAC.