El 2022 será recordado como el año en que la inflación superó a la rentabilidad de la mayoría de las alternativas de inversión. Más aun, los índices globales de acciones y bonos cayeron (en dólares) cerca de 20% y 16%, respectivamente (vs una inflación global mayor a 8%). Por el lado local, en soles, la bolsa rentó cerca de 2% y los bonos soberanos perdieron 5%.
Estos resultados vienen luego de un ciclo alcista de los mercados (tras la crisis financiera de 2008) en el que se generaron rentabilidades anuales de hasta dos dígitos. Los efectos de los grandes estímulos monetarios aunados a las disrupciones de oferta derivadas del COVID-19 y de la guerra en Ucrania ocasionaron niveles inflacionarios altos, lo cual apresuró a los bancos centrales (empezando por aquellos de países emergentes) a aumentar sus tasas de interés a partir de 2021. Aumentos de tasas de interés causan caídas en los precios de los bonos, con lo que sus rentabilidades se contrajeron desde el año 2021. De otro lado, incrementos de costos de endeudamiento y menores ganancias esperadas (tras la desaceleración de las economías) afectaron los precios de las acciones, cuyos retornos cayeron durante el 2022.
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¿Qué tendencias se pueden avizorar para el año 2023? Una primera se centra en que, al menos durante el primer semestre, el ‘cash’ (depósitos y bonos de corto plazo) preponderará como activo de alto rendimiento y de cobertura contra inflación. Una segunda arista consiste en un progresivo mayor apetito por la renta fija (principalmente soberana y emergente) en la medida en que los bancos centrales vayan concluyendo sus ciclos alcistas de tasas. Un tercer lineamiento resalta aún cautela en la inversión en renta variable derivada de expectativas de enfriamiento económico. Al respecto, el timing será decisivo con un sesgo a ser más defensivo a inicios de año y más cíclico en el segundo semestre.
De otro lado, los riesgos globales se concentran principalmente en una caída abrupta de la actividad económica global y en un continuismo en las alzas de tasas de interés ante persistencia en las presiones inflacionarias. Por el lado local, el perfil de los candidatos a las próximas elecciones será clave en el desempeño de la bolsa y de los bonos peruanos.
En suma, ante el panorama de incertidumbre en el 2023, conviene aún aprovechar las tasas altas de los mercados monetarios y afinar el ‘timing’ en la inversión progresiva en activos de mayor riesgo.
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