En los últimos años hemos observado una tendencia en el mundo de las inversiones con la creación de índices y productos que incorporan de factores Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo (ASG), conocidas como inversiones responsables o inversiones sostenibles. Éstas varían de las inversiones tradicionales en que toman en cuenta los factores no financieros, como los factores ASG mencionados, al momento de evaluar y tomar una decisión de inversión.
El aumento de este tipo de inversiones se debe a múltiples factores, como la mayor conciencia de los inversionistas sobre los riesgos extra financieros, la demanda por parte del público (riesgo reputacional), una mayor presión regulatoria, y la amplia evidencia de los grandes desafíos que enfrenta el mundo los cuales se encuentran debidamente detallados en los 17 Desafíos Globales de Sostenibilidad (SDG´s por sus siglas en inglés), definidos por las Naciones Unidas.
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Las inversiones sostenibles encajan dentro de un amplio espectro de enfoques o estrategias por parte de los inversionistas, desde la exclusión ciertos sectores o empresas dedicadas a actividades que impactan negativamente en el medio ambiente o la sociedad, pasando por las inversiones temáticas sostenibles para apoyar el desarrollo de temas específicos, como por ejemplo energía renovable o inclusión financiera; hasta la integración de variables ASG en análisis y decisiones de inversión.
Uno de los mecanismos más usuales que utilizan los grandes inversionistas para generar cambios hacia la sostenibilidad de las empresas donde invierten es tomar un rol activo como accionista de estas empresas, a través de una política de relacionamiento y al ejercer sus votos en las juntas de accionistas. Una estrategia de relacionamiento involucra identificar los aspectos materiales ASG en las empresas donde invierte y sostener reuniones periódicas con la gerencia o directorio de éstas, en las que se realizan las preguntas y requerimientos para generar los cambios necesarios que aseguren la sostenibilidad del negocio. De la misma forma, un inversionista puede influenciar en las decisiones de la empresa a través del sentido de sus votaciones en las juntas, los cuales puede utilizar para mostrar su rechazo hacia ciertas políticas de la empresa que van en contra de las mejores prácticas ASG, tal como lo estamos haciendo en Prima AFP con nuestras inversiones locales y que estamos expandiendo hacia las inversiones en fondos del exterior.
Existe una amplia evidencia de que un inversionista puede lograr tanto sus objetivos de inversión o rentabilidad como su propósito al invertir responsablemente, debido a que la integración de variables ASG en las decisiones de inversión genera un mejor análisis del riesgo, así como la posibilidad de aprovechar las oportunidades que esta tendencia hacia una economía más sostenible está generando.
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