Saul Padilla

Sigo siendo optimista a largo plazo. Sin embargo, para alcanzar el objetivo a largo plazo, primero tenemos que atravesar períodos de mediano y corto plazo, que seguramente serán volátiles. El propósito de este artículo es explicar por qué.

En mi último artículo () del 1 de julio, escribí: “Si las tendencias en los sectores de consumo discrecional y tecnología siguen siendo positivas, debería ser un desafío difícil de alcanzar para los bajistas recuperar el control del mercado de valores.” El sector de tecnología representa aproximadamente el 32% del S&P 500 y el 50% del Nasadq 100. El sector de consumo discrecional representa dos tercios del PIB. ¿Adivinen qué? Las tendencias en consumo discrecional y tecnología están cambiando, por lo tanto, parte de la razón de la liquidación en el mercado.

La rotación de capital desde los sectores de crecimiento hacia sectores defensivos suele ser una indicación de un debilitamiento del mercado de valores en el futuro. La otra parte del problema es el Banco Central (FED). A partir de la declaración de ayer, la FED ahora está preocupada por la economía e inflación, no solo por inflación. Antes de comenzar a reducir tasas, quieren asegurarse que esta última muestre una tendencia clara hacia el objetivo del 2%. Sin embargo, la FED no dio indicación respecto al momento en que se esperan poder iniciar los recortes de tasas de interés. Mientras tanto en Banco Central continúa apostando por un aterrizaje suave de la economía estadounidense.

Además, la posibilidad de una administración liderada por Kamala Harris (KH) significa impuestos más altos y más regulación que una administración Trump, que propone impuestos más bajos y menos burocracia. Los demócratas están considerando imponer impuestos sobre las ganancias de capital no realizadas. Si KH gana la Casa Blanca y los demócratas logran aprobar una ley de este tipo, pueden acabar con el interés de los inversores en las inversiones de capital de riesgo (Venture Capital) y capital privado (Private Equity).

Estas dos formas de inversión son como la sangre que fluye por la aorta del país. KH se encuentra mucho más a la izquierda que Biden. Por lo tanto, un aumento en los impuestos sería posible. No estoy sugiriendo que esta sea la razón exclusiva de la liquidación, pero parecía que los inversores se sentían cómodos con Trump liderando a Biden.

Todo está cambiando ahora y los inversores deben reevaluar el nuevo escenario político. Aunque tengo la política en mente y en mi corazón por razones personales, desde una perspectiva estricta de gestión de cartera, no presto demasiada atención a la carrera presidencial todavía porque es demasiado pronto para cuantificar y evaluar el impacto que cada candidato puede tener sobre los inversores.

Sin embargo, la economía y el comportamiento del mercado de valores son cuantificables. Centrémonos en ello. Aparte de las últimas noticias sobre la decepción de los resultados de Tesla y Google, los informes económicos muestran signos de deterioro. Si la inflación vuelve a acelerarse en este tipo de entorno económico, aunque sea marginalmente, la FED podría no recortar las tasas como se espera que lo haga después de la reducción inicial en septiembre.

El mercado de valores estaba estimado un medio ambiente económico ideal y perfecto en cuanto a ganancias, inflación y la política monetaria del banco central, ignorando incluso la más mínima posibilidad que la inflación vuelva a acelerarse o que la falta de tacto de la FED lleve la economía a una recesión.

Nuestro análisis indica que la inflación puede volver a acelerarse durante el último trimestre del año y en el primer trimestre de 2025 antes de desacelerarse nuevamente.

Si nuestra evaluación es correcta, experimentaremos más volatilidad en el corto plazo. Entre el 16 y el 1 de agosto, el índice S&P 500 bajó aproximadamente -4,00% y el Nasadq 100 -7,40%.

Durante el tercer trimestre esperábamos que el ciclo económico se mantuviera en la Fase III, donde el crecimiento se desacelera y la inflación se acelera. Aunque el mercado de valores no colapsa en la Fase III, la rotación actual de capital (fuera de los sectores de crecimiento y hacia los sectores defensivos) combinada con la inversión de la curva de rendimiento, que ahora parece estar iniciando el proceso de aplanamiento con una inclinación igual a -0,15 pb el 24 de julio (a principios de julio, era de -0,50 pb), puede indicar que la economía está ahora (esperemos que temporalmente) entrando en la Fase IV en lugar de la Fase III.

El problema con este escenario, donde tanto la inflación como el crecimiento se desaceleran, es que el mercado de valores colapsa en la Fase IV mientras que la curva de rendimiento se está aplanando, la FED recorta las tasas y los inversores comienzan a deshacerse de las acciones de crecimiento de mega capitalización (META, GOOGL, NVDA, etc.) y las materias primas (commodities).

Aunque la FED este preocupada por la economía e inflación, no parece darse cuenta que la economía está entrando en la fase IV del ciclo económico. Como ha sucedido en el pasado, o la Reserva Federal no está prestando atención al mercado de bonos, que con claridad está telegrafiando el problema, o peor aún, no entiende cómo funciona el mercado de bonos.

A medida que el año pasado se acercaba a su fin, aumentamos la asignación de capital al riesgo para beneficiarnos de la tendencia alcista que comenzó en octubre de 2023. Sin embargo, el aumento del riesgo se logró con una baja volatilidad en previsión del aplanamiento de la curva de rendimiento y la creciente posibilidad que se desarrolle una recesión económica a lo largo del año.

Hasta ahora, no hemos tenido una recesión, pero la historia muestra que una recesión siempre resulta en un mercado bajista. Puede ser cíclico o secular, pero un mercado bajista, al fin y al cabo. Por lo tanto, los portafolios balanceados (Financial Cycle Portfolios) tienen baja exposición al riesgo y volatilidad, al tiempo que sigue superando al índice de referencia.

Aumentaremos la asignación de riesgo en busca de mayores rendimientos, cuando nuestro proceso cuantitativo indique que el ciclo financiero anticipa que la economía real está entrando en la Fase I. En la Fase I, el crecimiento del PIB se acelera sin inflación, por lo cual no hay aumentos de tasa de interés, lo que crea el entorno perfecto para asumir riesgos en previsión de mayores rendimientos y menor volatilidad sin interferencia de inflación y aumentos de tasa de interés.

Queda por ver si la tendencia al debilitamiento de la economía continúa y Estados Unidos finalmente entra en recesión. Sin embargo, cuando el ciclo financiero entra en la Fase IV, anticipando una desaceleración económica o una recesión, gran parte del resultado depende de las acciones de la Reserva Federal y de los informes económicos.

En este punto, creemos que es prudente reducir beta y volatilidad en sus carteras aumentando la exposición a activos más seguros, como los servicios públicos, los bonos del Tesoro a 2 años y las letras del Tesoro. Incluso si la liquidación continúa, esperamos que sea un evento de corto plazo que podría generar una caída importante, pero deberíamos ganar claridad respecto a la futura trayectoria del mercado de valores después de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.

Saul Padilla RIA Portfolio Manager Greenwich Creek Capital Management

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