AFP: preguntas y respuestas sobre el retiro de los fondos
AFP: preguntas y respuestas sobre el retiro de los fondos
Redacción EC

El Perú es reconocido por la creatividad de nuestra gente, por el atractivo de nuestra arqueología incaica, por una cocina de talla internacional y por un espíritu de supervivencia que parece que nos podría hacer superar cualquier obstáculo. Sin embargo, también nos caracterizamos por la cultura del cortoplacismo, la viveza criolla, un alto nivel de corrupción e inseguridad ciudadana, una elevada informalidad, la falta de educación adecuada y una amplia necesidad de infraestructura. 

Estos obstáculos frenan nuestro progreso, pero con crecimiento económico consistente, políticas de Estado bien implementadas (incluyendo la seguridad social y las pensiones), reformas adecuadas que nos lleven al cumplimiento de los mejores estándares internacionales y un cambio de cultura hacia la “ética del trabajo”, podemos soñar con acercarnos a ser considerados un país “desarrollado”.

En este contexto, hay grandes contrastes en el ámbito económico, social y político. Resultan muy llamativos los cambios hechos por el Congreso al Sistema Privado de Pensiones. Son modificaciones que, en lugar de llevarnos hacia adelante (a un sólido sistema de pensiones autofinanciadas y sostenible), nos está haciendo andar hacia atrás, excusándose en el paraguas de la libertad de elección sobre la propiedad privada, y mostrando populismos en pleno proceso electoral.  

La historia de “meterle mano al ahorro para la pensión” no es nueva. Los estados crearon los sistemas de pensiones durante el siglo XX buscando contar con un modelo de sostenibilidad y predictibilidad social.

Inicialmente, los modelos fueron estatales y el fondeo de los mismos provino de descuentos a los trabajadores más impuestos para pagar las pensiones en la vejez cubriendo el riesgo de longevidad. Ese ahorro creció y los políticos decidieron, en nombre del “interés nacional”, utilizar esos recursos para infraestructura y gasto público (justificando más trabajo y bienestar hoy en lugar de mañana) y desfinanciaron esos sistemas al punto de quebrarlos. 

Luego surgieron los sistemas privados de pensiones para limitar la tentación de los gobernantes y crear una sostenibilidad y predictibilidad a largo plazo. Por eso, la Constitución y la ley en el Perú consagran el derecho a la pensión y que el ahorro para ese fin es “intangible”.  Y por eso la SBS ha opinado en contra de los cambios aprobados por el Congreso: el retiro del 95,5% y el uso del 25% del fondo para adquirir la primera vivienda.

Esta vez resulta que el que le hecha mano al ahorro para la pensión no es el gobierno, sino el Congreso saliente. El verdadero problema es que 12 millones de trabajadores peruanos nunca tendrán acceso a una pensión porque viven en la informalidad. 
Por ello el sistema de pensiones (público y privado) debe tener “fondos intangibles” para darles pensión a todos los peruanos.

Ya es hora de una reforma integral que incluya los mejores estándares y prácticas internacionales, con una comisión de expertos que blinde al sistema de los políticos oportunistas. Ello solo será factible con un nuevo Congreso y un nuevo gobierno.