Hace unos días se presentó el “Informe del Sector Gas Natural Perú 2023″, en el que se habla sobre los avances de la masificación de dicho recurso en nuestro país. Dentro del reporte, se analizan las diversas problemáticas que impiden un mayor avance de ese proceso y que requieren de una pronta solución. Muchos de estos problemas no son nuevos: están presentes desde hace varios años y se advierten de manera constante.
Entre las principales problemáticas destaca la falta de inversión en exploración, que –hasta el año pasado– no había retomado los niveles del 2018–2020. Esta situación es producto de la fuerte burocracia que existe en el país, principalmente en la gestión de permisos, además de condiciones regulatorias poco alentadoras para el sector privado. Ello ha desembocado en la reducción de las reservas probadas del gas natural: a la fecha, se calcula que, de mantenerse el nivel de producción anual de gas natural del 2022 y de no producirse ninguna incorporación de nuevas reservas (donde la exploración cumple un papel fundamental), existirían reservas probadas para los próximos 18 años. Este índice es menor en 1.3 años respecto al nivel del año previo, una situación que –sin duda– debe llamar nuestra atención y nos invita a la acción.
Otra problemática es la existencia de una tarifa diferente en cada una de las regiones con concesiones, que, además de ser una clara inequidad, le resta competitividad al gas natural frente a los combustibles fósiles existentes. Ello impide ampliar el alcance de la masificación, en perjuicio –principalmente– de los peruanos que aún no cuentan con este servicio. Una de las consecuencias de las tarifas diferenciadas es el poco desarrollo de infraestructura. El no tener competitividad en el gas, impide la captación de nuevos clientes, sobre todo de grandes empresas, cuyo aporte es fundamental para obtener los recursos necesarios para invertir en la construcción de nuevas redes de distribución, desalentando también las apuestas del sector privado.
Es aquí donde se genera una solución de rápida implementación: una “Tarifa Nivelada” de alcance para todos los usuarios regulados. Este mecanismo (aprobado en el Congreso, aunque con limitaciones en su alcance que no resuelven el problema) permitiría no solo que todos los peruanos paguen un mismo precio por el gas natural, sino que otorgaría competitividad frente a los combustibles fósiles tradicionalmente utilizados en nuestro país y que son mayoritariamente importados, dependiendo sus precios de marcadores internacionales. La Tarifa Nivelada puede ser el gatillador para que exista una mayor demanda, ya que permitiría captar a los grandes clientes y obtener los recursos para financiar nuevas redes, impulsando a las empresas a apostar por mayor infraestructura.
En el caso específico de la infraestructura de transporte de gas natural, esta continúa sin crecimiento desde hace varios años, comprendemos que puede tratarse por una falta de definición de distintos actores en torno al macroproyecto Gasoducto Sur Peruano. Este proyecto –considerado la principal iniciativa para desarrollar una gran infraestructura de transporte en Perú– está a la espera de una nueva licitación desde hace seis años. Pero no solo es este proyecto el que permitiría mejorar la infraestructura, de acuerdo con el reporte, hay otras iniciativas que también son vitales, que pueden ver la luz en un periodo mucho más corto y con menos complicaciones que el megaproyecto del Gasoducto Sur Peruano, estas son: el gasoducto Costero al Sur y el gasoducto al Norte.
El desarrollo de estos dos proyectos también permitiría mejorar las tarifas de gas natural de las regiones del norte y del sur del país, además de la ejecución de inversiones importantes que generan empleo y ayudan en la reactivación de la economía en el corto plazo.
Concretar estas soluciones es clave para amplificar la masificación del gas natural, con el objetivo de beneficiar a un mayor número de peruanos con un recurso costo-eficiente y amigable con el medio ambiente. Es necesario que, tanto actores del sector público como los del privado, avancemos en el camino trazado con el objetivo de beneficiar a más peruanos con una energía segura, que trae consigo progreso para todos y que nos garantiza independencia frente a períodos de escasez o variación en los precios de otros tipos de combustibles a nivel internacional.
El gas natural es peruano, y por eso, siempre tiene una tarifa estable, genera empleo y nos brinda la tranquilidad de estar siempre disponible. ¡Aprovechémoslo!