"Mercados europeos", por Diego Marrero
"Mercados europeos", por Diego Marrero
Redacción EC

En los últimos años invertir en el mercado europeo ha sido una tarea complicada, pues su volatilidad no ha sido para tomarla a la ligera. Por ello, muchos inversionistas adversos al riesgo se han mantenido alejados de la región. Con esta volatilidad, el mercado europeo ha presentado muchos retos y oportunidades, y sin duda, el inversionista dispuesto a invertir allí ha tenido que estar dispuesto a asumir mucho riesgo.

En el 2011, la crisis financiera estalló en Europa y se propagó principalmente por su periferia, donde estaban las economías más débiles. Aquella fue sobre todo una crisis financiera que estalló como consecuencia de que los países de esta región vivieron muchos años gastando mucho más de lo que produjeron. En ese momento se acuñó el término peyorativo ‘PIIGS’ (en referencia a la palabra ‘cerdos’), para referirse a Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España, en contraposición a la solidez de los BRICS (ladrillo), grupo de países emergentes que mostraban mucho mejores perspectivas. La fragilidad financiera de los PIIGS provocó un bajón muy fuerte en los mercados, pues se pensó que iban a caer en bancarrota y, al mismo tiempo, serían forzados a retirarse de la Eurozona. Finalmente, por medio de una serie de reformas económicas y en algunos casos un salvataje financiero por parte de las grandes economías de la región, este problema financiero fue superado. Ahora esas economías se encuentran con una buena salud financiera y su capacidad de pago ya no está en duda.

En los años posteriores, la Eurozona pudo salir del bajo crecimiento, y las cifras económicas mostraban una seria recuperación. Sin embargo, los inversionistas se mantuvieron bastante cautos ante la expectativa de más problemas, los cuales ya no eran financieros, sino más bien políticos. Las reformas económicas y luego las políticas migratorias de la Unión Europea generaron el surgimiento de movimientos en diversos países que desestabilizaron el panorama político. Algunos de ellos no prosperaron, como Podemos en España; algunos estuvieron bastante contenidos, como en Grecia, y el caso más crítico hasta el momento fue el ‘brexit’, que sí logró su cometido.

Esta inestabilidad política genera nerviosismo para los inversionistas. A pesar de los buenos fundamentos macroeconómicos y de las buenas perspectivas, los riesgos políticos tuvieron una mayor ponderación en las decisiones de inversión y, por ello, los mercados europeos rentaron mucho menos que otros en los últimos años. Ello generó un valor escondido que, para un inversionista dispuesto a asumir volatilidad, podría generar una gran oportunidad.

Lo que hemos visto en los últimos días, luego de los resultados de la primera vuelta en Francia, es justamente la realización de parte de este valor oculto luego de la posible disipación de uno de los riesgos que se vislumbraban en Europa este año: que ganara un candidato de extrema derecha con posiciones separatistas que intenten desintegrar la Unión Europea. De confirmarse este resultado en la segunda vuelta, podríamos ver mayores subidas en estos mercados.

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