WALDO MENDOZA Jefe del Departamento de Economía de la PUCP
Muchos bancos centrales dicen tener el tipo de cambio flotante, pero en la práctica no lo mueven. Es el “miedo a flotar”. Algo de eso está pasando en el Perú. Desde mediados del año pasado, el precio del dólar está casi fijo y el costo puede ser que estemos debilitando el poder del instrumento más importante de la política monetaria en un esquema de Metas Explícitas de Inflación (MEI).
Desde junio del año pasado, cuando empezaron a agudizarse las turbulencias en los mercados cambiarios por el giro de la política monetaria en Estados Unidos, el precio del dólar en el Perú casi no se ha movido. Según datos del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), el tipo de cambio, entre julio del 2013 y el 28 de marzo pasado, se ha movido en un corredor muy estrecho, entre S/.2,75 y S/.2,82.
Para evitar que el precio del dólar suba, el BCRP ha utilizado varios instrumentos. En primer lugar, ha vendido un montón de dólares. La posición de cambio, las reservas internacionales que son del BCRP, ha disminuido en alrededor de US$7.000 millones desde mediados del año pasado.
En segundo lugar, el BCR ha estado vendiendo certificados de depósitos reajustables al dólar. Estos papeles son como dólares, pero tienen la gran ventaja de que, cuando el BCRP los vende, sus reservas no caen.
Por último, desde el 6 de noviembre, cuando el BCRP redujo la tasa de interés de política monetaria, la tasa de referencia para los mercados interbancarios, de 4,25% a 4,00%, la tasa de interés interbancaria ha estado por muchos días por encima de la tasa anunciada por el BCRP. Una tasa de interés alta en moneda local es una medida a la que recurren algunos bancos centrales para impedir el alza del tipo de cambio, pues existe la presunción de que así puede desalentarse la salida de capitales.
El problema es que la tasa de interés de política monetaria es una tasa de referencia para los mercados interbancarios. Es, en el esquema de política monetaria en el que el Perú se embarcó desde el 2002, el de MEI, de lejos, el principal instrumento de la política monetaria.
Cuando la economía está en auge, cuando se produce por encima del potencial y la inflación está en alza, el BCRP sube la tasa de interés de referencia para enfriar un poco la economía. En la etapa de la recesión, cuando el peligro es la deflación, el BCRP reduce la tasa de referencia, para ayudar a que la economía se levante.
Este mecanismo funciona si, y solo si, la tasa de interés de referencia es una guía efectiva para la tasa de interés interbancaria, y si la interbancaria logra afectar a las tasas de interés de más largo plazo, que son las que finalmente influyen en el gasto privado, la demanda, la producción y los precios.
Este efecto traspaso potente, de la tasa de referencia a la interbancaria, y de esta a las otras tasas, un bien de lujo para cualquier banquero central, lo tienen los bancos centrales que han adquirido reputación. Y la reputación es costosa, se consigue en años, a punta de transparencia y persistencia en el uso apropiado del instrumento.
Confiamos en que no se vuelvan a observar desviaciones persistentes entre la tasa de interés interbancaria y la tasa de interés de referencia, y que esta siga siendo el poderoso instrumento para estabilizar la economía.