Israel Lozano Girón

Los asesinatos ocurridos en Poderosa, Pataz, pusieron nuevamente a la minería ilegal en la discusión nacional, pues visibilizaron de la peor manera el avance que ha tenido esta actividad ilícita y la criminalidad alrededor de la misma.

Desde las páginas de El Comercio, reportamos que este accionar ha sido alertado en reiteradas oportunidades por empresarios y gremios. No solo ocurre en La Libertad, sino también en Shahuindo en Cajamarca, Las Bambas e incluso en las inmediaciones del proyecto minero Tía María.

Estamos nuevamente ante un caso en el que el Estado, teniendo lineamientos definidos, no ha actuado de manera planificada y donde hoy se pretende resolver de manera reactiva. En un país como el Perú -con múltiples tareas pendientes- una respuesta reactiva debería venir siempre acompañada de una revisión en la estrategia vigente y posteriores compromisos irrenunciables.

De esta manera, una política pública tan importante no pierde fuerza ante el cambio de autoridades o incluso leyes promovidas por intereses particulares. El Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo) es un mecanismo que ha perdido su propósito; pero que se privilegia con ampliaciones. Desde su creación en el 2017, se ha extendido su vigencia en dos oportunidades.

El resultado de ello ha sido que, según datos del Instituto Peruano de Economía (IPE), cerca del 80% de los registrados hoy se encuentran suspendidos por incumplir requisitos mínimos y solo en la provincia de Pataz la cifra alcanza al 75%. Hoy, en el Congreso, aún existen proyectos que pretenden ampliar la vigencia Reinfo.

La pregunta que debemos hacernos -más allá del anuncio de depurarlo- es lo que viene después. Una fiscalización más activa de los empadronados ayudaría a evitar que el problema no se repita. El fortalecimiento de la comisión multisectorial, que regresará a la PCM, tampoco debe dejarse de lado. Solo así, podremos asegurar que un eventual incremento de partidas presupuestales -que suele ser otra respuesta reactiva recurrente- no caerá en saco roto.