Carlos Prieto Balbuena

La economía peruana debería rebotar al menos 6% este año debido a El Niño costero en retirada, menor inflación, menores tasas de interés, precio favorable del cobre, sólidos fundamentos macroeconómicos y enormes potencialidades en diferentes sectores. Lamentablemente, un rebote del PBI de 6% es muy poco probable, a pesar de que implicaría un mediocre promedio 2023-2024 inferior a 3%.

Mientras no arreglemos la política, olvidémonos de volver a crecer a tasas altas y sostenidas. Primero, necesitamos un mejor acuerdo institucional: seis presidentes de la República desde 2017, un Congreso cerrado y cientos de ministros cuya alta rotación debilita la gestión pública, no es producto del azar sino de un mal diseño institucional. Segundo, requerimos un Ejecutivo con liderazgo, iniciativa y mayoría (propia o con alianzas) en el Congreso. Nada de esto ocurrirá en este Gobierno.

Que la política no mejore no implica, sin embargo, que no se puede hacer nada.

¿Qué podemos realistamente pedirle al Gobierno? Al menos una agenda clara de cinco puntos:

  • Un plan para afrontar la inseguridad y no convertirnos en el próximo Ecuador. La inseguridad, además de pérdida de vidas, genera mayores costos sobre todo a pequeños negocios que son extorsionados e inhibe el emprendimiento.
  • Combatir el pesimismo con hechos. Si el gobierno logra destrabar diez grandes proyectos (entre minería, irrigación, infraestructura, vivienda social, saneamiento) daría un giro a las expectativas de inversión privada. Asimismo, una alianza público-privada debiera proactivamente visitar y atraer nuevas empresas al país: ¿por qué los call centers internacionales prefieren instalarse en Colombia que en Perú?, ¿cómo llevar a Tumbes y Piura empresas ecuatorianas que exportan al año más de US$ 7 mil millones en camarones?, ¿cuántas empresas chinas maquiladoras se instalarán cerca del Puerto de Chancay?
  • No más rescates financieros de Petro-Perú. Un primer paso sería que Petro-Perú retorne a Fonafe (órgano adscrito al MEF que ejerce la rectoría y gestión de la actividad empresarial estatal), un programa masivo de jubilación y mudar la sede central de San Isidro a Talara.
  • Control de la planilla estatal. En 2012 la inversión pública superaba al gasto en remuneraciones. En 2023 el gasto en remuneraciones del gobierno general superó a la inversión pública en casi 35% y aumentó cerca de 70% en términos reales desde 2012.
  • Mejoras en educación y salud pública. Una persona que accede a Essalud o Minsa suele esperar meses por una resonancia, tomografía u operación de baja complejidad. Estos servicios los podría proveer un operador privado de calidad y el Estado pagaría la cuenta. Por otro lado, el Ministerio de Educación podría iniciar un programa piloto para la enseñanza escolar de cursos de carreras técnicas cuya instrucción debiera ser provista por instituciones como Senati, Tecsup, Sencico.
Carlos Prieto Balbuena, Gerente del Área de Estudios Económicos del BCP.

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