Cada 27 de setiembre se conmemora el Día Mundial del Turismo y, tras algunos años en recuperación, hoy la industria aérea celebra que se está dirigiendo a nuevas alturas. A finales del 2023, la aviación en América Latina y El Caribe alcanzó los niveles anteriores a la pandemia, con 306 millones de pasajeros transportados, según estimaciones de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo – ALTA y Amadeus.
Cifras así son gratificantes, ya que -pese a los contextos adversos que se experimentaron en varios territorios de la región- vemos un sector aeronáutico en una fase de evolución interesante, que presenta un escenario auspicioso para que el turismo siga aportando a las economías de los países y al desarrollo de las regiones.
El servicio aéreo es un instrumento fundamental para el crecimiento económico, el desarrollo social y la competitividad de las naciones. Para evaluarlo, nos toca incidir en factores que van desde infraestructura, tasas aeroportuarias y conectividad internacional, entre otros. Según advierte el Índice de Competitividad del Transporte Aéreo para América Latina y el Caribe, cada país presenta fortalezas y debilidades que debemos mirar con detenimiento.
Así tenemos a Panamá y Chile, que lideran el ranking en la región. Por un lado, Panamá está cosechando su apuesta por el aeropuerto de Tocumen, diseñado para sacar partido a la ubicación del país, en tanto lo complementa con diversas políticas beneficiosas para la llegada de viajeros. Por otro, Chile resalta por su compromiso con mejorar su infraestructura aeroportuaria, teniendo como un ejemplo reciente la puesta en marcha de la ampliación del Aeropuerto Arturo Merino Benítez de Santiago en 2022, que permite un crecimiento de hasta 38 millones de pasajeros al año, una cifra importante que también delinea importantes desafíos operativos que deben atenderse en adelante.
Cada mercado presenta sus particularidades por lo que todos los países enfrentan retos distintos. Yendo más allá del ranking, en los últimos meses, Argentina inició un proceso de desregulación de los cielos con diferentes países, facilitando la operación de más vuelos, así como promoviendo su conectividad y turismo. Así, puede verse reflejado el compromiso de la nación con el fortalecimiento de su sector aeronáutico, ya que una decisión oportuna puede elevar significativamente su posición en el panorama regional del transporte aéreo.
Este mes, que coincide con el Día Mundial del Turismo, aparece como una oportunidad perfecta para recordar que nuestro país se encuentra en el mejor momento para que los sectores público y privado podamos construir en conjunto y articuladamente una estrategia que torne más competitiva a toda la cadena, trabajando en la mejora de infraestructura y el diseño de políticas y obras favorables para seguir incentivando la demanda de viajeros. Desde las aerolíneas, continuaremos ofreciendo conectividad y modernidad, permitiendo que los pasajeros de todo el mundo puedan descubrir nuestra propuesta turística, buscando más beneficios económicos para el Perú y su gente.