Desde hace un tiempo, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ha abandonado la política fiscal, está gastando a todo dar, y el Tribunal Constitucional (TC), posiblemente por desconocimiento de aspectos básicos de la ciencia económica, ha publicado dos sentencias que afectan gravemente la estabilidad macroeconómica del país.
Hasta hace unos años, el MEF era el principal interesado en defender la salud de las finanzas públicas, procurando ser austero, cumpliendo con la regla fiscal que pone límite al déficit fiscal. El MEF de los últimos años, especialmente este, ya no juega así.
Por el ritmo al que está gastando, principalmente, el déficit fiscal anualizado ya alcanzó el 4% del PBI, el nivel más alto desde 1992, excluyendo el 2020, incumpliendo el límite de 2,8% del PBI fijado para este año.
Desde la implementación de la primera regla fiscal en 1999, nunca antes el MEF la había incumplido por dos años consecutivos. El MEF está en su peor momento desde 1989.
En tiempos antiguos, cuando una ley con iniciativa de gasto del Congreso o una ley en principio inconstitucional eran promulgadas por insistencia del Congreso, el MEF solía apelar a una institución dirimente, el TC, que casi siempre le daba la razón. Pero el TC actual tampoco es como los de antes: ha publicado dos sentencias que son un atentado contra la estabilidad macroeconómica.
La primera sentencia la dio el TC a propósito de una queja del gobierno de Sagasti sobre la ley 31125 dada por el Congreso, con iniciativa de gasto en atenciones sanitarias, apelando al artículo 79 de la Constitución: “Los representantes ante el Congreso no tienen iniciativa para crear ni aumentar gastos públicos”.
El TC declaró constitucional la ley, sobre la base de una interpretación muy curiosa del concepto de gasto público.
Según el TC, el gasto público se refiere únicamente al gasto referido al presupuesto público. El TC ignora que el gasto público, el que considera el MEF en el Marco Macroeconómico Multianual, o el BCRP en su reporte de inflación, incluye también el gasto de las empresas públicas y el de Essalud. El gasto del presupuesto público es solo un 75% del gasto público total. O sea, si el Congreso aprobase un alza de los sueldos de los trabajadores de Essalud, sin el permiso del MEF, la ley sería constitucional. Primer error del TC.
Así mismo, según el TC, el gasto solo se refiere al realizado en el año en curso. O sea, leyes originadas en el Congreso que impliquen gastos de miles de millones de soles, pero a partir del próximo año, serían, por definición, constitucionales. Segundo error del TC.
Por otro lado, el gobierno de Sagasti también se quejó en el TC sobre la constitucionalidad de la ley 31143, de protección contra la usura, que fuerza al BCRP a fijar semestralmente las tasas de interés máximas para el crédito de consumo y para las pequeñas y microempresas.
¿Qué pasa en el mercado de crédito cuando el BCRP fija una tasa de interés máxima, por debajo de la que equilibra el mercado?
En primer lugar, dado que la tasa de interés se reduce, se abarata, las personas y empresas van a querer prestarse más, y las instituciones financieras van a querer prestar menos, con lo cual se generará un exceso de demanda en este mercado o, lo que es lo mismo, una cola de personas y empresas que quieren prestarse. En estas circunstancias, el banco tiene que racionar el crédito disponible entre los que están en la cola. ¿A quiénes preferirá otorgarle el crédito? Evidentemente a los más pudientes, en desmedro de los más pobres. Tercer error del TC.
En segundo lugar, dado que los más pobres no conseguirán el crédito bancario, tendrán que buscarlo fuera del sistema financiero formal. En el sector informal las tasas de interés están por encima de las del mercado; o sea, según la definición del propio TC, serían tasas usureras. Cuarto error del TC: declarar constitucional una ley que promueve la usura.
En resumen, el gasto crece a todo dar, al MEF no le importa; y el TC declara constitucional una ley que atenta contra la estabilidad fiscal y otra que fomenta la usura y reasigna el crédito bancario de los pobres a los ricos.
¿Qué les pasa al MEF y al TC?