El mercado de valores en USA se mantiene con tendencia alcista, la participación bursátil continúa mejorando y los nuevos máximos continúan expandiéndose. Al cierre del viernes 28, el 76,8 % de las empresas del S&P 500 cotizaban por encima de su 200 DMA (Day Moving Average), el 73,25 % de las acciones de compañías de mediana capitalización, el 63,17 % de las acciones de compañías de pequeña capitalización, así como el 83 % de las acciones del Índice Nasdaq 100 hicieron lo mismo. Históricamente, este tipo de participación es suficiente para un mercado alcista sostenible. Hace tan solo unas semanas atrás el S&P 500 no presentaba estas características.
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En otras palabras, el mercado alcista actual no solo incluye un puñado de compañías líderes de gran capitalización, sino que ahora goza de una participación más amplia. Durante el último mes, los 11 sectores de la economía americana cotizaron en territorio positivo liderados por energía y finanzas, ambos habían experimentado fuertes vientos en contra anteriormente. Los ETF tecnológicos están en un proceso de consolidación de precio, mientras que los sectores de vivienda y comercio minorista están subiendo. Los bancos regionales y compañías de seguros también están aumentando. Mientras tanto, el sector de servicios públicos se está quedando rezagado, lo cual es normal en mercados alcistas. Por último, pero no menos importante, la volatilidad (VIX) continúa bajo presión, y su tendencia principal sigue siendo bajista, lo cual es positivo para las acciones de bolsa.
El diferencial de taza en los mercados de crédito no muestra signos de tensión. Esto se refiere al diferencial entre los bonos corporativos y los bonos del Tesoro de EE. UU. Cuanto mayor es el diferencial de taza, mayor es el estrés en el mercado de crédito, lo cual es negativo para las acciones de bolsa. Cuanto más estrecho es el diferencial, mayor estabilidad en los mercados crediticios y más positivo es para las acciones. Aunque actualmente los diferenciales son substancialmente más elevados que antes del mercado bajista de 2022, los mismos son más bajos que el pico experimentado en octubre 2022 y continúan bajando; por ahora. El balance de la Reserva Federal (FED) continúa contrayéndose después de una gran expansión el pasado mes de marzo a causa de la crisis bancaria regional. Todo esto es positivo.
¿Qué cambió?
- La FED subió las tazas en 25 pb a 5,25% - 5,50% y la retórica muestra algo de indecisión con respecto a futuros aumentos. Este cambio es positivo para las acciones de bolsa.
- La inflación sigue desacelerándose.
- La tasa de desempleo continúa siendo muy baja.
- La confianza del consumidor sube al máximo experimentado en 2 años.
- PBI del 2º trimestre se aceleró al 2,4%.
- Para algunos economistas y pronosticadores, la economía estadounidense ya no está a riesgo de recesión y pronostican que, en el peor de los casos, un aterrizaje suave de la economía es casi seguro.
¿Qué puede salir mal con este escenario?
Hemos aumentando la asignación a riesgo en nuestros portafolios durante la primera mitad de 2023, lo cual nos está compensando muy bien. Pero como gestores de riesgos que somos, es nuestra responsabilidad fiduciaria averiguar qué puede desencadenar el siguiente tramo a la baja para proteger el capital de nuestros clientes. Es cierto que el impulso de las ganancias, si es sostenible, puede llevar al mercado de valores a nuevos máximos. Hemos notado un aumento en las cotizaciones en algunos de los sectores e industrias rezagados, como agroindustria, cobre y madera (MOO, COPX, WOOD). Gold Miners (GDX) está superando al Oro (GLD). Los metales base (DBB) parecen estar reapareciendo también. Adicionalmente, la tendencia principal del dólar estadounidense (USD) es bajista. Esto es importante porque un USD débil hace que las exportaciones de EE. UU. sean más competitivas en el extranjero, lo que favorece las ventas y el crecimiento económico en EE. UU. La mayoría de las veces, el USD y las materias primas se mueven en direcciones opuestas. Por lo tanto, un USD más débil puede generar un aumento en la actividad económica y en los precios de las materias primas, incluidos energía y petróleo. Todo esto es importante porque normalmente es inflacionario, por lo tanto, podría provocar un resurgimiento de la presión inflacionaria.
Nuestro análisis cuantitativo aún muestra la tendencia principal del rendimiento del Tesoro de EE. UU. a 10 años, alcista. La explicación anterior podría ser la razón de la obstinada tendencia alcista de los rendimientos del Tesoro, todos los vencimientos a lo largo de la curva. El precio de los bonos y las acciones tienen reacciones similares al efecto inflacionario, por razones diferentes, pero reacciones similares:
- Inflación baja = Tazas de interés más bajas y mejores márgenes de ganancia (los precios de bonos y acciones suben)
- Inflación alta = Tazas de interés más altas y ganancias más bajas (los precios de bonos y acciones bajan)
Si la economía de EE. UU. está en transición hacia un entorno de baja inflación, entonces el mercado de valores seguirá repuntando. Pero entonces, ¿por qué suben los rendimientos del Tesoro? O los inversores en bonos están equivocados, o si verdaderamente hay un resurgimiento de inflación, los índices bursátiles deberían experimentar otra venta masiva de acciones. Entonces, la pregunta es ¿cuándo?
Hay dos razones por las cuales los rendimientos en bonos suben: (i) generalmente al comienzo del ciclo económico cuando el crecimiento se acelera sin inflación, lo cual es bueno para la cotización de acciones, y (ii) para combatir inflación al final del ciclo económico, lo cual es una mala noticia para las acciones. Quizás esta sea la razón de una curva de rendimiento invertida que lleva 12 meses de vida. La inversión de la curva permanece en aproximadamente -100 pb, que es el doble de la inversión vista antes del estallido de la burbuja de Internet.
El mercado de bonos anticipa eventos en la economía real alrededor de 12 meses o algo más. Siguiendo esta regla, solo estamos viendo ahora los efectos del aumento de tazas del verano 2022 (junio, julio y agosto) y aún estamos lejos de experimentar el impacto real de los aumentos de este año. La obstinada inversión de la curva de rendimiento puede estar anunciando un aterrizaje forzoso para la economía estadounidense en los próximos 12 meses o quizás incluso más. Mientras tanto, el mercado alcista de acciones puede continuar subiendo, y estar invertido es la única forma de participar. Pero hay una gran diferencia entre invertir conjuntamente con una estrategia probada de gestión de riesgo para proteger capital, o invertir quedando expuesto a la volatilidad (perdidas) natural de mercado.
El fuerte impulso y la sobrecompra sostenida del mercado de valores son una señal de solvencia y son positivas para las acciones de bolsa. Pero se debe invertir con una clara estrategia de manejo de riesgo en caso que la rotación de capital que comenzó hace un par de semanas, y que está ayudando a ampliar la participación accionaria, termine siendo solamente una rotación de valores desde los sectores de crecimiento a los sectores más defensivos de la economía. Este tipo de rotación no es la de un mercado saludable. Tener en cuenta que, por lo general, agosto y septiembre son reacios a las acciones.
¿Qué debería suceder para que la inversión de la curva de rendimiento se normalice? Recordar que el mercado de valores reacciona a la curva de rendimiento con retraso. Históricamente, el aumento del desempleo siempre ha señalado que el final de la curva de rendimiento invertida está concluyendo y consecuentemente, se produce un mercado alcista sostenible. Por el momento, el desempleo es bajo y persiste la curva de rendimiento invertida. Algunos dicen que esta vez el ciclo es diferente y la curva de rendimiento invertida carece de importancia. ¡Veremos!