Juan Pablo Noziglia

La pandemia trajo lo que sería uno de los fenómenos inflacionarios más pronunciados de los últimos años. Se juntaron una serie de factores, como la reapertura de la mayoría de las economías, la persistencia de los cuellos de botella en las cadenas de suministro, la falta de proveedores de servicios, y los estímulos monetarios y fiscales necesarios en su momento para sostener el impacto del Covid-19. La guerra entre Rusia y Ucrania, exportadores clave de productos agrícolas, avivó más la llama de la inflación con un aumento significativo de los precios internacionales de energía y alimentos. Todo esto llevó a que la gran mayoría de bancos centrales, Latinoamérica a la cabeza, suban sus tasas de referencia durante 12 y 15 meses consecutivos, con el objetivo de disminuir la demanda de los consumidores y ayudar a palear la inflación.

Con el tiempo, muchos de estos factores han ido normalizándose. Por el lado externo, por ejemplo, el índice de precios de los alimentos de la FAO viene cayendo 24% desde el pico alcanzado en marzo del 2022 y el Índice de Presión de la Cadena de Suministros Global, publicado por la Fed, ha descendido a terreno negativo e históricamente el más bajo desde su pico a fines de 2021. Por el lado interno, se tienen condiciones monetarias más restrictivas enfriando la mayoría las economías, ya que muchos bancos centrales alrededor del mundo han entrado en acción y subido las tasas de interés. Repasemos algunos datos.

En Latinoamérica la inflación llegó a picos de 14% en Chile y 13% en Colombia, principalmente afectados por el aumento del precio de alimentos y de la energía. Este fenómeno de mayores precios también se vio acrecentado por dinámicas locales tales como los retiros de los fondos de pensiones, retiros de CTS y subsidios del Estado.

Haciendo zoom en el Perú, la inflación tocó picos cercanos al 8,8% durante el 2022, lo que motivó al Banco Central de Reserva (BCR) a combatir el fenómeno con una serie de subidas de tasas de interés hasta el 7,75% actual. Luego de más de un año en esta dinámica, las expectativas de inflación a 12 meses ya muestran una corrección a la baja. El último dato publicado en junio ubica las expectativas en 3,83%, cifra menor al 4,21% de mayo. Ante la evidencia, podemos comentar que la dinámica inflacionaria local se está comportando de manera favorable. Pese a que el Fenómeno El Niño y la coyuntura política podrían revivir las presiones inflacionarias, estos deberían ser eventos temporales con un impacto acotado y la inflación debería continuar su tendencia bajista.

Entonces, ¿hemos vencido la inflación? Aún no, pero está en la lona con la cuenta del encuentro en 7 segundos. El mundo puede todavía experimentar un regreso de la inflación, algo así como cuando Muhammad Ali regresó a la pelea contra George Foreman en el octavo asalto. Esto se podría dar por factores exógenos como escalamiento en la guerra o el inicio de otro conflicto, y/o factores que demoran en ajustar como el ritmo de subida de los salarios que no suele ir en línea con el de la inflación, pero las ‘chances’ son bajas en ese caso. Si no cambia nada en el corto plazo y El Niño viene moderado, ya dimos la vuelta a la página.

Juan Pablo Noziglia Gerente de Inversiones de Prima AFP

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