La Red Educativa Vilcabamba ganó el premio en la categoría Educación.
La Red Educativa Vilcabamba ganó el premio en la categoría Educación.
/ [Hans Berninzon]
Caroline Gibu

Mientras se cerraba el Congreso y crecía la incertidumbre, cinco profesores vilcabambinos (tres hombres y dos mujeres) representantes de la Red Educativa de Vilcabamba entraron el lunes 30 en la noche al Gran Teatro Nacional junto con otros 1.200 servidores públicos para participar en la ceremonia del Premio a las Buenas Prácticas en Gestión Pública. No sabían si ganarían, pero decidieron ir vestidos con sus trajes típicos de fiesta porque la ocasión lo ameritaba.

Para llegar hasta allí, tuvieron que viajar por más de 15 horas desde Vilcabamba, un distrito apurimeño a 2.700 m.s.n.m., con aproximadamente 1.300 habitantes. Para el 2019, el presupuesto total del distrito es de S/819.000 (S/630 per cápita), 40% proveniente del canon minero y 48% del Foncomún.

Más allá de su lugar de procedencia, ¿qué hace especial a este grupo de servidores públicos? Como ellos cuentan: “La falta de hábito a la lectura era el problema más resaltante en el distrito… los estudiantes tenían dificultades de aprendizaje en todas las áreas”. Pero el problema no era solo de los alumnos, sino también de la comunidad, pues los pobladores no estaban acostumbrados a leer.

Y es cuando los docentes decidieron hacerse cargo con una iniciativa increíble. Sobre la base de pilotos realizados en algunos colegios de la zona, a partir del 2018, la Red Educativa decidió implementar el proyecto ¡Silencio! Vilcabambinos Leyendo, en donde, respaldados por una ordenanza municipal, todos los miércoles se invita a estudiantes, padres de familia y a todos los miembros del distrito a “tomar la plaza”, que literalmente está cerrada, para leer desde las 8 a.m. durante 40 minutos.

Y aunque el nombre de la práctica invite al silencio, se produce en realidad una gran fiesta de lectura: los padres de los pequeños en educación inicial acompañan a sus hijos leyéndoles algunos libros; los docentes organizan quioscos con libros y materiales de lectura; al finalizar el tiempo designado se escoge a un representante de cada colegio para que frente a un micrófono responda preguntas hechas al azar a través de su ruleta “Lee y gana”.

¿Qué se ha logrado en este tiempo? Al año, los pobladores vilcabambinos leen entre tres y cinco libros, mientras que los estudiantes entre cinco y diez libros, mejorando tanto su desempeño escolar como sus niveles de comprensión lectora según las evaluaciones nacionales. Hoy existe una pequeña biblioteca familiar en cada casa. Por ello, la Red Educativa ganó el premio en la categoría Educación.

En la conferencia de prensa, un agudo periodista preguntó: “¿Cómo hacen para que la comunidad participe? ¿Hay alguna sanción?”. El representante de la red respondió que no, la gente participa porque sabe que la educación es necesaria para salir adelante, para ser mejores personas. Y finalmente dijo: “A ustedes no les pedimos nada, solo que nos donen libros”.

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