José Raúl Vargas

Para finales del próximo año, el 68% de peruanos planea un viaje nacional, mientras que el 33% buscará un destino internacional, según un estudio de Kantar IBOPE Media. Si bien las cifras refieren intenciones de viaje sin precisar un medio de transporte específico, esto coincide con buenas noticias de MINCETUR, que acaba de anunciar que, en septiembre pasado, la llegada de turistas extranjeros al aeropuerto Jorge Chávez llegó al 95% del nivel que tuvo en el mismo mes de 2019.

Hasta ahí se dibuja un buen panorama para el sector aeronáutico, pero dado que la posibilidad de viajar en avión depende en gran medida del precio de los pasajes, este escenario positivo estaría en riesgo, de concretarse un aumento de costos para los usuarios del nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez (AIJCH).

Por lo pronto, una nueva tarifa de uso aeroportuario -que empezará a cobrarse a quienes tengan vuelos de conexión en el AIJCH- afectará directamente el bolsillo de los viajeros. Al momento, las propuestas establecen US$ 11.62 para pasajeros internacionales que quieran llegar a otros países vía Lima. Pese a que esto aún se encuentra en evaluación de OSITRAN; no sería una sorpresa que, de concretarse, los viajeros descarten Lima y opten por hacer conexiones en aeropuertos que no cobran esos conceptos, como el de Bogotá y Panamá, dejando al Jorge Chávez en una posición no competitiva.

Pero esta nueva tarifa no afectará únicamente a los extranjeros. La adenda al contrato de concesión del aeropuerto también propone la aplicabilidad de un concepto similar para quienes partan del interior de país y tengan que tomar vuelos de conexión en Lima para otro destino nacional. Los viajeros de provincia que vuelen hacia otras ciudades del Perú, vía Lima, tendrían que pagar US$ 6.96 adicionales al valor de su pasaje, algo descabellado considerando que hasta el momento no existe suficiente oferta de vuelos interregionales como para evitar este costo.

La situación se agravará aún más en el 2027 cuando los más de US$ 2 mil millones invertidos por el concesionario tengan que ser trasladados a las tarifas de los servicios aeroportuarios que se ofrece a los usuarios, como costos asociados a aterrizaje y despegue, estacionamiento y, posiblemente de nuevo, tarifas aeroportuarias por uso de Aeropuerto para pasajeros.

Cabe preguntarse: ¿Es esta la manera en que queremos consolidar Lima como el principal ‘hub’ de Sudamérica? ¿Va a contribuir a que vengan más turistas al Perú o que más peruanos tengan acceso a volar en avión? ¿No se debería hacer un análisis más profundo para ver la conveniencia de incrementar los costos asociados a los boletos, para no impactar el turismo y la conectividad?

Tras décadas de espera y retrasos en la inversión, estamos muy cerca de ver la inauguración del nuevo Jorge Chávez y es urgente acompañar la nueva infraestructura con políticas que nos permitan competir con lo que otros países de la región ofrecen a los pasajeros. Estamos a tiempo y desde la industria aérea nos volvemos a poner a disposición para apoyar en todo lo que sea necesario.

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