Diego Marrero

Los últimos dos años trajeron una serie de riesgos y oportunidades para los mercados financieros. Los principales riesgos que estuvieron latentes fueron: recesión en EE.UU. y un incremento acelerado de la inflación. Con ello la expectativa de la política monetaria de la FED marcó la pauta. En el 2022 los mercados tuvieron fuertes caídas porque el ciclo de subida de tasas de la FED fue bastante agresivo. Pero en el 2023, los mercados tuvieron un fuerte rebote, anticipando una pausa en la subida de las tasas, que finalmente se concretó hacia la mitad del año.

Por el lado de los activos de renta variable, las fuertes ganancias se dieron en casi todas las regiones, salvo en China. Las acciones que más subieron fueron las ligadas al sector tecnología, las cuales fueron impulsadas por la materialización de la tendencia secular de inteligencia artificial, y también por las perspectivas de reducción de las tasas de interés, pues las valorizaciones de estas compañías son mucho más sensibles a ello. También destacó Brasil, que al controlar la inflación antes de tiempo, pudo impulsar su economía recortando las tasas.

En el caso de la renta fija, también se dieron fuertes ganancias, y ello se debió a que las valorizaciones de los bonos estaban incorporando expectativas de tasas más altas, con lo cual estos activos empezaron el año con valorizaciones muy baratas, lo cual facilitó el rebote.

Bajo la óptica de un inversionista con un horizonte de inversión de largo plazo, cada evento de volatilidad representó una oportunidad para rebalancear los portafolios de inversión, pues luego de cada caída, hubo una fuerte recuperación.

Para este año podría esperarse retornos positivos, pues existen los siguientes catalizadores:
  1. El comienzo del ciclo de reducción de tasas de interés. Ello dependerá en gran medida de que la inflación siga desacelerándose. En caso se consiga el objetivo de que la inflación se mantenga en niveles cercanos a 2%, no tendría sentido de que la FED siga manteniendo las tasas de interés en los niveles actuales, pues podría ocasionar otros problemas en la economía, como, por ejemplo, complicar los balances de los bancos, o frenar el desarrollo del mercado inmobiliario. Un ciclo de bajada de tasa es bastante positivo para el crecimiento económico y también para los mercados financieros.
  2. Continuación de la tendencia secular de inteligencia artificial. Esto ya viene ocurriendo con resultados sorprendentes. La fuerte inversión en esta tendencia ha llevado a tremendas revalorizaciones en las empresas del rubro, como por ejemplo Nvidia, que ya es la cuarta empresa con mayor capitalización bursátil de mundo, y donde el último año sorprendió con un incremento de 265% en ventas. Muchas compañías estas positivamente expuestas a ello, donde destacan las llamadas “magníficas 7″.
  3. Elecciones en EE.UU. En caso se de la victoria de Trump, se podría esperar una fuerte subida en los mercados, impulsados por una desregulación, un redireccionamiento del gasto y más estímulos económicos.


Diego Marrero, Gerente de inversiones de AFP Habitat Perú.