¿Cuál es el mejor país para vivir después de jubilarse?
¿Cuál es el mejor país para vivir después de jubilarse?
Redacción EC

Estas semanas las noticias no han sido muy afortunadas, tanto para las finanzas de las empresas como para las personas. Aumento del , deterioro del ambiente de negocios en el Perú, dolarización de los depósitos bancarios y la potencial disminución de nuestras futuras.

La publicación de una nueva tabla de mortalidad ha aumentado la esperanza de vida. Todos queremos tener una vida más larga, pero el efecto de esta nueva tabla implica que las pensiones estimadas al momento de jubilación bajarían, pues tendrían que cubrir un período de pago más largo con el mismo fondo. También se comenta sobre diferencias entre las tablas publicadas por la SBS con la información publicada por la . ¿Cuáles son estas diferencias?

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Según las estadísticas de salud 2015 de la OCDE, la esperanza de vida de una persona de 65 años –estimada sobre datos del 2013– para hombres y mujeres (en ese orden) es de 19 y 24 años en Japón, 19 y 22 en Canadá, 18 y 21 en EE.UU. En Europa la mayor esperanza de vida es en Islandia con 15 años, siendo el promedio en Europa de 9 años. Los datos publicados indican que la esperanza de vida en el Perú a los 65 años sería de 22 años para los hombres y 25 años para las mujeres (alcanzando los 87 y 90 años).

¿Qué es lo que pasa? Veamos. La esperanza de vida es la media de cantidad de años que se espera viva una población. La esperanza de vida tiene una tendencia a aumentar en el transcurso del tiempo debido a los avances médicos, tecnológicos, sanitarios, entre otros. A principios del siglo XX la esperanza de vida al nacer (global) era de 50 a 65 años; en la actualidad es de 68 años. Esta también se ve influenciada por la geografía y el sexo. Entonces, ¿hay desigualdad en la esperanza de vida generada por la capacidad adquisitiva de los distintos segmentos económicos? La respuesta es sí. A mayor capacidad económica, el acceso a los avances tecnológicos, sanitarios y médicos es también mayor. En consecuencia, el segmento de la población con más recursos tiene una mayor esperanza de vida. 

Es entonces que existen muchos análisis técnicos que pueden sustentar las tablas aplicadas, que toman en cuenta factores como la fuente de las estadísticas y los segmentos socioeconómicos y geográficos considerados. Se ha indicado que las tablas de mortalidad publicadas obedecen al segmento económico de la población que está considerada en los fondos de pensiones y compañías de seguros. ¿Pero todos los aportantes a los sistemas de pensiones y de seguros tienen acaso la misma capacidad económica y acceso a los servicios de salud?

Por otro lado, hasta este año en nuestro país hemos aplicado tablas de mortalidad chilenas, lo que genera un aumento de tres años de las nuevas tablas respecto a los actuales indicadores (sí, los peruanos ya vivíamos más que los europeos).

Se debe ejecutar un análisis que asegure que la información y cálculos estadísticos son aplicables de forma técnica a nuestra futura población de pensionistas y actuales asegurados, así como evaluar la mejor estrategia de aplicación. Aumentar en 10% la esperanza de vida implica una caída importante en los valores de las pensiones que percibiremos en el futuro. Seamos optimistas, el incrementar la esperanza de vida es bueno, ¿no?