La sostenibilidad en la aviación ha surgido como un tema vital en nuestros tiempos, con el sector siendo responsable de aproximadamente el 2%-3% de las emisiones globales de CO2. Latinoamérica representa el 6% del tráfico aéreo global. La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) ha trazado un camino ambicioso para abordar este desafío, con la meta audaz de lograr la neutralidad de carbono para el 2050.
Se espera que las aerolíneas reduzcan su intensidad de carbono en un 50% para el 2030, un paso intermedio vital hacia esta meta. Una de las estrategias clave en este objetivo es el uso de Combustible de Aviación Sostenible (SAF, por sus siglas en inglés), que tiene el potencial de recortar las emisiones de CO2 hasta en un 80% en comparación con los combustibles fósiles tradicionales.
Pero la sostenibilidad no se limita solo al cambio climático. La gestión de residuos también se erige como un desafío fundamental para la industria.
Con alrededor de 6,4 millones de toneladas de residuos generados anualmente, muchos de ellos plásticos de un solo uso, las aerolíneas han puesto la mira en alcanzar cabinas sin residuos para el 2030, implementando programas de reciclaje a bordo y reduciendo el uso de materiales no reciclables.
La expansión aeroportuaria y de rutas aéreas también presenta sus propios desafíos ambientales, particularmente en regiones como Sudamérica, donde la biodiversidad está en riesgo. Más del 25% de las especies animales evaluadas se enfrentan a amenazas debido al cambio climático y a la expansión urbana. Es imperativo que la industria de la aviación adopte prácticas que minimicen estos impactos y colabore activamente con organizaciones de conservación.
Bajo ese contexto, muchas líneas aéreas hemos abrazado este compromiso con la sostenibilidad, implementando diversas iniciativas para contribuir a este esfuerzo global, especialmente en el Perú. Programas de reciclaje de desechos plásticos como el nuestro han sido un éxito notable, permitiendo el recuperar miles de kilos de botellas mensualmente, creando la posibilidad de un segundo uso y evitando que toneladas de plástico terminen en vertederos.
Además, muchas de las líneas aéreas hemos tomado medidas adicionales como la eliminación de menús físicos y la digitalización de la documentación para los pilotos y la tripulación, lo que no solo reduce el uso de papel, sino que también mejora la eficiencia operativa.
Una respuesta más directa en materia de sostenibilidad es el uso de aeronaves nuevas y de última generación, que tienen menores consumos de combustible, generan menos ruido y en general tienen un impacto mucho menor sobre el ambiente.
Los Airbus A320neo, por ejemplo, ofrecen un 20% de ahorro en combustible y una reducción del 50% en la huella acústica. Equipados con ‘sharklets’, estos aviones también mejoran la eficiencia del combustible en un 4%, lo que se traduce en una significativa reducción de emisiones de CO2.
Es esencial que el sector de la aviación se comprometa firmemente con la sostenibilidad, abordando los desafíos del cambio climático, la gestión de residuos y la protección de la biodiversidad. Solo a través de un compromiso sólido y acciones tangibles, la industria puede encaminarse hacia un futuro donde el vuelo sea sinónimo de respeto por nuestro planeta.