(Foto: El Comercio)
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Los peruanos estamos tratando de salir de una que tiene su origen en diversos factores que todos conocemos. En paralelo vivimos enfrascados en una discusión política de la que parece no saldremos nunca. El Gobierno, con una pequeña bancada en el Congreso, no logra los consensos requeridos para avanzar. No recordamos un caso parecido donde la oposición en el Congreso fuese tan superior al resto de las fuerzas políticas, lo que hace que los peruanos tengamos únicamente a Fuerza Popular presente en el imaginario popular y por ello se le achaca la inestabilidad política que vivimos.

Lo que requiere el país es seguir creciendo, pues cuando la economía se paraliza se siente en el empleo y directamente en el bolsillo de los peruanos. Por ello, la percepción negativa del Gobierno, que alcanza al Congreso, se afecta a diario si la vida doméstica de los peruanos empeora. Si el país quiere mejorar, si el Ejecutivo y el Congreso quieren lo mismo, entonces lleguemos a un pacto por el cual la economía crezca a pesar de la política.

Para ello cabe que cada ministerio de la mano del Congreso priorice un proyecto al año. Tendríamos 19 proyectos importantes que, pase lo que pase políticamente, serían impulsados por el Ejecutivo y el Congreso y a fin de año los peruanos en lugar de seguir discutiendo de política, escucharíamos de nuestras autoridades anunciar proyectos culminados relevantes para la vida de los peruanos.

Estamos en un momento perfecto para ello: el comercio está en un punto más alto desde mayo del 2011; las exportaciones de pota, paltas, zinc, alambre de cobre y espárragos nos hacen líderes en exportaciones no tradicionales en América Latina; según el BCR, los peruanos hemos empezado a confiar más en que se logre un crecimiento económico durante el período Kuczynski; según el MEF, entre julio y agosto del 2017 la inversión privada retornó a terreno positivo luego de 13 trimestres de caídas consecutivas; la inversión minera ha crecido más que en los últimos cinco años; la inversión pública posterior al fenómeno de El Niño costero ha aumentado hasta llegar a un 20% en aquellos lugares devastados con un alto ratio de ejecución y esta, según el MEF, abrirá las puertas a la inversión privada. Es en este momento que debemos ser capaces de priorizar 19 proyectos y sacarlos para fines del 2018. Estos proyectos deben ser, quizás, los priorizados que aún siguen trabados: terminales Muelle Sur y Muelle Norte, Chavimochic, Majes-Siguas, mina Justa, Michiquillay y el anillo vial periférico de Lima.

Un proyecto por ministerio y un pacto para hacerlos realidad entre el Ejecutivo y el Congreso pueden ser la respuesta que necesitamos los ciudadanos. La política y la economía deben caminar en paralelo y convivir, pues cuando una empieza a afectar negativamente a la otra, perdemos los peruanos, pero más pierden los que nos gobiernan: Ejecutivo y Legislativo, y los peruanos tenemos memoria.

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