Un 3,12% fue el crecimiento del PBI anualizado a abril del 2017, de acuerdo con el INEI. (Foto: El Comercio)
Un 3,12% fue el crecimiento del PBI anualizado a abril del 2017, de acuerdo con el INEI. (Foto: El Comercio)
Gonzalo Torrico

Si la creció más de lo esperado en marzo, en abril ocurrió lo contrario. El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) reveló ayer que el avance del PBI en este mes fue de 0,17%, su cifra de crecimiento más baja desde setiembre del 2009 (0,15%).
El Banco Central de Reserva (BCR) ya se había adelantado con una proyección de 0,7% y, el último miércoles, un sondeo de la agencia Reuters era aún más optimista: 0,9%.

El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), por su parte, había advertido ayer por la mañana en un comunicado que abril mostraría cierta lentitud no solo por los efectos de El Niño costero, sino porque tuvo menos días laborables debido a la Semana Santa.

Más allá de la “contaminación estadística” que restan estas 48 horas, “esta cifra muestra la debilidad por la que está pasando la economía. Los componentes por el lado sectorial prácticamente han estado todos en negativo”, destaca Hugo Perea, economista jefe para el Perú de BBVA Research.

De hecho, los datos oficiales revelan que el crecimiento del PBI se vio lastrado por los sectores que más representación tienen en este indicador.

Construcción, por ejemplo, se contrajo 8%, su octava caída consecutiva desde setiembre del 2016. Aníbal Sánchez, jefe del INEI, explica que la caída se debe a un menor consumo interno de cemento (-8,84%) y a un menor avance físico de las obras de los gobiernos regionales (-21,9%) y del gobierno nacional (-5,2%).

Además, el sector Minería e Hidrocarburos se mantuvo plano, pues los resultados de ambos subsectores se neutralizaron. El primero se expandió 1,87%, en un escenario marcado por la huelga de los trabajadores de Southern Copper, por un alza en la producción de zinc (27,5%) y una baja en la de oro (-5,9%). Hidrocarburos, por su parte, tuvo un declive de 9% por una menor demanda de líquido de gas natural y gas natural para la generación eléctrica, según Sánchez.

La manufactura (primaria y no primaria), que representa el 16,5% del PBI, sufrió un retroceso de 2,25% en abril. Como se recuerda, este sector cerró los últimos tres años en contracción. El comercio, que equivale al 10% de la producción nacional, también cayó 0,56%.

Por otro lado, la pesca fue, otra vez, responsable de que la economía se mantuviera en positivo. Si bien solo representa el 0,7% del PBI nacional, su crecimiento fue de 101,1% en abril. Este sector y la manufactura primaria que implica su extracción impulsaron la cifra mensual, según Perea. “En conjunto, han aportado ocho décimas al crecimiento”, apunta.

LO QUE SE VIENE
Para mayo ya se puede esperar un crecimiento más alto, señala Roberto Flores, gerente de estrategia y estudios económicos de Intéligo SAB. “Pero tampoco hay que ser optimistas, porque la debilidad de la demanda interna probablemente se mantenga durante gran parte del año”, añade.

El MEF, por su lado, previó ayer un crecimiento de 2% en el segundo trimestre. Además, reiteró su meta de incrementar en 15% la inversión pública este año, que, sumada a un aumento deseado de 16% del gasto en mantenimiento, “permitiría que la actividad económica registre tasas por encima de 4% en la segunda mitad del año”.

“El MEF está asumiendo que la inversión privada se recupera más rápido de lo que el consenso del mercado cree”, anota Flores. Además, el clima político no está ayudando a que la recuperación de la confianza empresarial se acelere, agrega.

También la inversión pública tardará en “ganar tracción”, apunta Flores. Calcula que su incremento no será de 15%, sino de 8%, una cifra a la que también apuntan otros analistas. Así, para fin de año, el PBI avanzaría 2,5%, ayudado por la recuperación de los términos de intercambio, estima.

Por otro lado, la semana pasada el BCR decidió mantener la tasa de interés de referencia en 4%, contra los pronósticos de los analistas. Para Flores, el costo de no reducirla en esa oportunidad puede ser alto, pues, si la economía tarda en recuperarse, “el BCR se va a ver forzado a adoptar una política mucho más agresiva y eso podría tener consecuencias sobre el tipo de cambio”. Una rebaja de esta tasa debería aprobarse en julio, teniendo en la mira la posibilidad de que el plan fiscal de reconstrucción demore en ser aprobado por el Congreso, afirma.

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