Conoce la metodología que usa Apple para innovar en su negocio
Marcela Saavedra P.

Desde hace algún tiempo, los expertos en  en el mundo se han dado cuenta que crear necesidades e imponer productos y servicios en el mercado ya no funciona. Así, proponer soluciones que faciliten la vida de las personas se ha vuelto el camino por el que grandes marcas, como Apple, prefieren transitar antes de destinar grandes sumas de dinero y tiempo a ejecutar planes que fracasarán al corto tiempo.

Esta nueva mirada es conocida como design thinking, metodología centrada en  innovar a partir de las necesidades de las personas, a fin de construir relaciones de largo plazo . "Al identificar aquello que necesitas, se puede desarrollar algo que mejore tu experiencia y genere valor", explica Jaime Aranda, experto en temas de innovación y docente del Centro de Innovación y Desarrollo Emprendedor (CIDE) de la PUCP.

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Así, empresas como Apple aplican el design thinking en la creación de sus productos, como fue el caso del primer mouse de la marca de la manzanita, que nació de buscar un elemento que diera fluidez al trabajo y no rivalizara en funciones con el teclado.

En la región, casos como -que revolucionó el sistema de compras en als bodegas en Chile- e Intercorp y sus establecimientos son claros ejemplos, a distintas escalas, de cómo se puede innovar en productos y servicios apuntando fijamente a las necesidades de las personas.

Pero, ¿cómo se implementa el design thinking en los negocios? "El proceso varía según como se enfoque, pero suelen ser cinco pasos y el primero tiene que ver con empatizar, es decir, ponerte en los zapatos de la otra persona", señala el docente.

Así, a través de preguntas muy casuales y llanas, se interactúa con los usuarios para encontrar aquello que les disgusta o no del producto, servicio o proceso existente que ofrecer así como de una idea completamente nueva que tengas. "Así, se rompe con la premisa arraigada de que [el empresario] sabe lo que quieres y lo que necesitas. Más allá de ser una mentira o una verdad a medias, esta forma de pensar ha comenzado a perder valor paulatinamente", agrega Aranda.

Luego de recopilar información, se pasará a una siguiente etapa de interpretar la data e idear soluciones para plasmarlos en prototipos. "Los prototipos se pueden hacer de papel y hasta en cartón. Son instrumentos de bajo costo para entender la idea que se desea desarrollar", apunta.

Tras este proceso de aprendizaje para alcanzar la experiencia que se quiere ofrecer a las personas, seguirá la  etapa de validación. "Vas al mercado con tu producto final y consultas a tus potenciales clientes si están dispuestos a pagar lo que pides", señala.

A esta fase no será necesaria inyectarle grandes sumas de dinero, pues se construirá un producto mínimo viable para obtener métricas del impacto del producto en una mayor cantidad de público. "Se puede hacer una página web o crear un perfil de  para descubrir el real interés de las personas. , por ejemplo, tuvo como producto mínimo viable un video", agrega el experto en innovación, que .

Con la respuesta, se evaluará el modelo de negocio en el mercado, los nichos más rentables así como los canales a emplear para competir en el mercado.  "Si después de dos años no te posicionas, algo se debe cambiar. Para ello solo elaboras nuevos prototipos", apunta.

¿Por qué las empresas deberían mirar al design thinking como un proceso beneficioso a integrar en sus negocios? "El riesgo está en considerar que lo que ya apliqué y funcionó se va a mantener en el tiempo. Lo que queda es [plantear] cómo nos adaptamos, qué tan flexibles se puede ser en una empresa para generar cambios y esta metodología ayuda a que esto sea aplicable en la practica de las compañías", remarca.

Para difundir el design thinking en el país, el CIDE de la PUCP ofrecerá un taller de ideas disruptivas .

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