Al momento de elegir una entidad bancaria para endeudarse y ahorrar o solicitar algún producto financiero como una tarjeta de crédito y un crédito de consumo, se deben tomar en cuenta algunas consideraciones para evitar futuros dolores de cabeza.
En entrevista con El Comercio, Ignacio Capparelli, vicepresidente de Productos de Citibank del Perú, brinda algunos consejos para resolver estar dudas:
¿Qué se debe tener en cuenta al elegir un banco?
Uno debe fijarse en los canales de transaccionalidad y no solo en el número de sucursales. Al menos, el cliente al que apostamos nosotros, de los segmentos A y B, no tiene tiempo y quiere hacer sus operaciones en su casa, fuera del día a día. En segundo lugar, el nivel de servicios hacia el cliente. Y en tercer lugar, el 'value for money', que es lo que la entidad retribuye al cliente por haberlo elegido como principal banco para las transacciones.
¿En qué casos es mejor pedir un préstamo de consumo y cuándo es mejor usar la tarjeta de crédito?
El financiamiento con tarjetas de crédito es para una necesidad coyuntural de las personas. Es para los pequeños desfases de los ingresos, pero que se corregirán en los próximos meses. Pero, por ejemplo, para una necesidad de largo plazo o un proyecto particular, se necesita un desembolso mayor y que se puede pagar también en un plazo mayor, y ahí el préstamo personal tiene una gran relevancia.
Si el cliente no es ordenado, ¿debería evitar tomar un producto como una tarjeta de crédito?
Podría tomarla, pero tiene que ser consciente de los beneficios y los riesgos que se pueden tener. Financiarse con una tarjeta por encima de sus posibilidades puede traer problemas; pero el cliente debe saber que con un producto financiero bien usado los beneficios son fantásticos.
¿Qué producto bancario les conviene a quienes tienen un pequeño capital?
Depende de qué se quiera hacer con el dinero. Si el cliente piensa en el corto plazo, el plazo fijo es la mejor opción. Es una alternativa segura y una rentabilidad que lo cubre de la inflación y le puede dar un poco más. Pero si el cliente prefiere productos más sofisticados, lo que no necesariamente significa que sean más riesgosos, lo puede manejar con expertos. Ahí están los fondos mutuos en los que se puede diversificar.