(Foto: Bloomberg)
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Luis Fernando Alegría

En 1971, el secretario del Tesoro norteamericano del gobierno de Richard Nixon, John Connally, le dijo al mundo: “Es nuestra moneda, pero es su problema”, respecto al valor del que le conviene a Estados Unidos. Esta semana, en las reuniones del Foro Económico Mundial en Davos, el mensaje que el gigante norteamericano dejó es similar al de hace casi medio siglo.

El actual secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, sostuvo que un dólar más débil es bueno para EE.UU., ya que beneficia a las exportaciones y permite crear nuevas oportunidades. Apenas las palabras salieron de su boca, el dólar registró una caída pronunciada en su valor y tocó un mínimo de tres años.

Ese mensaje fue criticado por Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), quien pidió a Mnuchin aclarar su postura y recordar que no es el momento de tener guerras de divisas.

Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, se mostró disconforme con las declaraciones, y dijo que si la búsqueda de un dólar débil llevara a cambios en la política monetaria de EE.UU., generaría presiones sobre las propias estrategias monetarias en el Viejo Continente.

A raíz de las críticas y el revuelo, Mnuchin precisó que hay beneficios y costos en las cotizaciones actuales del dólar, pero que apoya las monedas libres y flotantes. En las últimas décadas, EE.UU. ha pregonado muy claramente los beneficios de tener un dólar fuerte, y los agentes del mercado han criticado el aparente deslinde entre la postura anterior y lo dicho por el actual secretario del Tesoro.

(Infografía: El Comercio)
(Infografía: El Comercio)

CAMBIO DE POSTURA
Dos días después de estos entredichos, el propio presidente salió a decir que las declaraciones de Mnuchin fueron malinterpretadas y que el dólar debería fortalecerse cada vez más, en línea con el mayor dinamismo de su economía.

“Nadie debería estar hablando de esto [el valor del dólar], debe ser el que es y basado en la fortaleza del país. Nuestro país está, nuevamente, tan sólido económicamente que el dólar se va a fortalecer y fortalecer. Y al final, yo quiero ver un dólar fuerte”, afirmó el mandatario.

Tras el pronunciamiento de Trump, el valor del billete verde rebotó y recuperó las pérdidas que se habían gatillado tras los comentarios de Mnuchin.

Es importante recordar que estas declaraciones del presidente Trump marcan una diferencia respecto a lo que dijo el año pasado. En abril del 2017 había manifestado su preocupación porque el dólar se estaba “fortaleciendo mucho”.

Pese a reafirmar la política de dólar fuerte, que la divisa norteamericana se debilite sí sería favorable. Para Jared Bernstein, ex economista jefe del ex vicepresidente Joe Biden, Mnuchin tiene razón pues un dólar débil hace más competitivas las exportaciones de EE.UU. y, al mismo tiempo, encarece las importaciones.

Más allá de la discusión, tanto organismos internacionales como el FMI, agentes de mercado y el propio Trump coinciden en que este año la trayectoria del dólar sería al alza.

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