Como lo adelantó El Comercio en abril, Aceros Arequipa anunció finalmente el cierre de su planta en la Ciudad Blanca el viernes pasado mediante un hecho de importancia. En este contexto, para el término del 2016, debido fundamentalmente a la baja de los precios internacionales, la facturación de la compañía será menor que la del año pasado. “Pero debido a las eficiencias logradas, probablemente la utilidad será mayor”, aseguró Tulio Silgado, gerente general de Aceros Arequipa.
Así, para Jorge F. Tudela, analista senior de Renta Variable de Credicorp Capital Perú, el cierre de la planta arequipeña no debería afectar el normal abastecimiento del mercado. “En el 2013, incrementó la capacidad de su planta de Pisco con un nuevo tren de laminación, lo que les aportó alrededor de 650.000 TM/año de capacidad instalada nominal. Del mismo modo, la empresa también ha invertido en un almacén de productos terminados y ha ampliado su centro de distribución en Lima”, explicó.
—De cara al 2017—
Según el Gobierno, tanto la inversión pública como la privada alcanzarán el 5% en el 2017. ¿Podría esto ayudar a la recuperación de la compañía? Según Tudela, la mejora en inversión pública debería impulsar las ventas de la empresa.
“Aceros Arequipa participará en la construcción de la línea 2 del metro; tiene un contrato de suministro, elaboración y montaje del acero en la obra por 249 mil toneladas”.
Según el especialista, la recuperación del sector construcción y de la inversión pública impulsaría las ventas de acero, mejorando ligeramente para el 2017 con respecto al 2016. Sin embargo, resaltó que la incertidumbre con respecto a los precios del acero podría seguir afectando sus ventas totales.
“La recuperación internacional de los precios es poco probable debido a la sobrecapacidad de China y de Brasil”, concluyó Silgado.