"La minería es un sector que tiene una penetración enorme en nuestra matriz productiva", afirma Tuesta. (Foto: GEC)
"La minería es un sector que tiene una penetración enorme en nuestra matriz productiva", afirma Tuesta. (Foto: GEC)
David Tuesta

“Agro sí, mina no, Tía María no va”. Una candidata que esté de acuerdo con este slogan y que lo enarbole como una aspiración de país sólo puede tener como objetivo que el Perú sea más pobre.

Pero, para ser sinceros, este evento es solo la escalada estentórea de un conjunto de actos irresponsables de nuestros líderes políticos durante la última década, quienes han renunciado a buscar soluciones para la conflictividad que viene menoscabando el desarrollo minero en el país. En el tiempo que me tocó ser ministro, fui testigo de primera mano del sesgo antiminero que existía al interior del gobierno; hecho que todo el Perú pudo constatar luego en los episodios del 2019 con Tía María.

MIRA: Desarrollo de la minería impulsaría reactivación económica: ¿Qué se necesita para que su crecimiento sea más rápido y eficaz?

Y esto no ha cambiado. Hoy, en campaña electoral, no hay un solo candidato que diga que quiere trabajar en serio por potenciar la . Parecen desconocer que la minería es sin duda el sector que mayor efecto multiplicador puede traer para el bienestar sostenible del país, y que lo puede alcanzar equilibrando objetivos económicos, sociales y medioambientales.

La minería es un sector que tiene una penetración enorme en nuestra matriz productiva. Representa el 60% de las , más del 10% de la inversión privada, 10% de la productividad total, 5% de la fuerza laboral ocupada y el 5% de los ingresos fiscales.

Durante más de veinte años la actividad minera ha contribuido al en un promedio cercano al 15%, de manera directa e indirecta. Sólo en el último quinquenio en el que la actividad económica se ralentizó, esta importancia ha sido incluso mayor al 25%. La minería se ha constituido en plena crisis de la pandemia en el sector “salvavidas” del país.

Y la reducción de la pobreza y la desigualdad requieren crecimiento, y la minería ha demostrado que puede aportar con creces en ese objetivo. Esta actividad es responsable de la generación directa de 25 mil puestos de empleo directo e indirecto; y, tiene la capacidad de multiplicar por cuatro los empleos en el país, lo que trae a la postre un efecto inducido importante en todo el país.

Gracias al efecto multiplicador de la minería, hay mucho menos pobreza en el Perú. En efecto, hasta antes de la pandemia se registraba que el 20% de la población estaba en pobreza. El hecho es que sin minería esta cifra se elevaría a 36%. Es decir, el dinamismo del sector minero ha significado que hayan 5 millones menos compatriotas pobres en el Perú.

Considerando todo esto, y pensando en la necesidad urgente de que el Perú crezca con fortaleza al salir de la pandemia, es incomprensible el odio ciego de varios movimientos políticos contra la minería, e incluso, el mutismo cómplice del resto de los candidatos. Solo lograr solucionar el problema que tenemos con Tía María significaría 9.000 puestos de trabajos más para el país –y recuerden que cada puesto en la minería trae cuatro puestos más en otros sectores– lo cual le añadiría desde ya medio punto porcentual al escuálido crecimiento potencial que hoy tiene el país

Ahora, si el próximo gobernante llega con la decisión de potenciar en serio el sector, e impulsar varios de los proyectos que están a la espera, nuestro PBI per cápita podría casi duplicarse en diez años. Y si tuviéramos un poco más de ambición y decisión, y quisiéramos emular modelos de minería con legislaciones y regulaciones modernas como los de Australia o Canadá, el Perú se permitiría soñar con alcanzar ingresos por habitante, y tasas de pobreza de países desarrollados en dos décadas. La posibilidad de transitar a una sociedad más próspera lo tenemos realmente al alcance.

Por ello ir contra el desarrollo minero en el Perú es ir contra la posibilidad de un verdadero progreso. Promesas de este tipo, disfrazadas de falsa indignación, cuando es puro oportunismo ideológico, terminarán siendo al final un presente envenenado que llevará a más peruanos directamente a la pobreza.

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