El exministro de Economía Alfredo Thorne revisa los planteamientos mínimos que debe priorizar un gobierno de Pedro Castillo para ganar legitimidad e inyectar confianza en los mercados.
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— A pocos días de un nuevo quinquenio no hay claridad sobre un gabinete ni una ruta en lo económico. Se pidió la continuidad de Julio Velarde, pero se sigue hablando de un cambio constitucional. ¿Cuánto daño ocasiona ese vaivén en los mensajes?
Yo creo que mucho, porque lo óptimo es que cuando el candidato ganador es anunciado, eso le permita tiempo para poder generar una reconciliación y apelar al otro 50% que no votó por él. Los vaivenes tienen mucho más que ver con el grupo político de Perú Libre. Me da la impresión que ellos siempre pensaron tener un mandato firme con una victoria contundente que les permitiese ir por lo que plantearon en las elecciones. Tener un mandato incómodo como el que tienen, me imagino que los hace pensar que no tienen el apoyo necesario.
— En una columna, usted señaló que esa reconciliación pasa por implementar partes importantes del programa económico del opositor. Es ahí donde lo técnico enfrenta el sesgo político, algo que no siempre ha prosperado. ¿Por qué lo haría ahora?
Hacerlos partícipes es la única manera en que pueda ganar legitimidad. De no hacerlo, incluso podría perder popularidad. Yo creo que sí se puede, poniendo de lado la propuesta de la Asamblea Constituyente. Esa posibilidad ya la ha dado a conocer el mismo Pedro Francke.
— ¿Percibe que los mensajes del señor Francke han sido efectivos en reducir la incertidumbre?
En economía, las promesas deben tener un compromiso firme detrás de ellas. Hasta el día de hoy, no sabemos quién será el ministro de Economía y por lo que vemos de los tuits del candidato Castillo y del señor Cerrón, parece que siguen pensando que la Asamblea Constituyente es posible.
— Un legislador electo de Perú Libre aseveró que existió una reunión del exministro Alonso Segura con Peru Libre. ¿Constituye eso una buena señal?
Es una persona que claramente conoce el Ministerio de Economía, conoce cómo funciona el Estado y creo que sería una señal positiva para los mercados. Pero tendríamos que ver qué es lo que plantea no sólo Alonso, sino qué va a plantear el gobierno de Castillo. El MEF es un elemento de un grupo de cerca de 18 ministerios que definen la política y también la política económica.
—El otro perfil clave está en el Banco Central de Reserva. ¿Qué implicaría una salida de Julio Velarde? La principal crítica a su continuidad es que se priorice a las personas por encima de las instituciones, ¿por qué en este caso es diferente?
El problema es que cuando una persona con el récord que tiene Velarde ha ganado credibilidad de los mercados, de los empresarios, trabajadores etcétera, es difícil traer a otra persona porque eso significa que va a probarse en un periodo. Muchos pensamos que la política monetaria es una ciencia, pero en realidad es un arte. Un arte de transmitir los mensajes a los mercados y darles seguridad.
— ¿Qué tan crítico es el problema fiscal del país?
El tema crítico es definir la regla fiscal. La ministra Alva la suspendió por dos años y siempre he sido crítico de eso. Al ministro que le toque tomar la posta el 28 de julio, tendrá que enviar una ley al parlamento de responsabilidad fiscal definiendo no solo la trayectoria del déficit sino del endeudamiento en los cinco siguientes años que eventualmente terminará en una convergencia del déficit de 1%. Esa es la piedra angular. Me da la impresión que hemos tenido una buena recaudación y no hay muchos espacios para generar más ingresos. También me da la impresión de que el siguiente gobierno tendrá que trabajar con esos ingresos y nada más.
—Salvo que se decida aplicar nuevos impuestos. El señor Francke ya habló del impuesto a la sobreganancia minera.
Me parece peligroso hablar de nuevos impuestos. Cuando uno mira los números, no hubo más recuperación que la vista en diciembre del año pasado. Nuevos impuestos en un momento en que la economía está muy frágil, se arriesgaría que la economía entre en una desaceleración. En el caso específico de la minería, en el 2011 ya se puso ese impuesto a la sobreganancia. Ahí me parece equivocado porque el hecho de que las mineras ganen más no significa que deba subirse el impuesto porque el IR por definición es progresivo.
— La revisión de las exoneraciones tributarias sí es una discusión inminente.
Según nuestros estimados, si llevásemos las exoneraciones a la mitad de lo que están hoy en un período de cinco o cuatro años y el nivel incumplimiento a los niveles que tiene hoy Chile, tendríamos casi 5 puntos porcentuales de recaudación. No quisiera entrar en el detalle de las exoneraciones porque eso depende del Congreso y si yo digo algo se tomará como un mensaje político. Al Congreso hay que plantearle las exoneraciones y el periodo para reducirlas. Así el Congreso tendrá que decidir cuáles son las que se eliminarían y cuáles no.
— La mayoría de las leyes aprobadas por el último Congreso han sido cuestionadas por sus deficiencias técnicas. Y la conformación del siguiente advierte mayor polarización. ¿Realmente es posible confiar en una labor legislativa a la que se le pueda confiar discusiones como esa?
El Congreso es un reflejo de lo que está pasando en el país. Está muy dividido porque el país está dividido. Por eso es muy importante que el siguiente presidente y el siguiente gabinete traten de hacer un esfuerzo por unir al país y por buscar consensos dentro del Congreso. Sabemos que los últimos cinco años, estos enfrentamientos que tuvimos nosotros con el Congreso no nos llevaron a nada. Hay una parte mala y una buena. La mala es que prácticamente hubo una contrarreforma en muchos aspectos en los términos bancarios, fiscales, en el tema de las AFP, en el de la ONP etcétera. Pero lo positivo es que nos permite armar el rompecabezas desde cero. Creo que es mucho más fácil redefinir el sistema pensionable o el propio sistema tributario sin la carga de lo que había antes, que no funcionaba bien.
—¿Incluso en el tema previsional? La liberación excesiva de fondos genera contingencias en el futuro.
Bueno, pero yo creo que el tema de las AFP tienen dos partes. Una es que no teníamos un sistema de protección social que le permitan al trabajador enfrentar riesgos como la pandemia. El Congreso, de una manera populista, le echó mano a los fondos de las AFP; pero hay que reconocer que el propio sistema previsional tenía por una parte la ONP, Pensión 65 y por otro lado las AFP. Estos tres sistemas no se hablaban entre sí. No podíamos seguir viviendo con tres sistemas a la vez, teníamos que unirlos en algún momento y esa fue la propuesta de la comisión de protección social que nosotros lanzamos que lamentablemente no se implementó.
— Ahora siguen sin conversar. ¿Qué debe priorizar una política que busque mejorar la protección social?
Lo más importante hoy en día es generar nuevos motores de crecimiento para la economía. Si tuviese que apostar, deberíamos reconciliar tres cosas claras: el sistema tributario, las leyes laborales y el sistema de protección social. Estas tres políticas no se hablan entre sí. Estoy un poco incómodo con la política sectorial, es esta política sectorial la que nos impide crecer. Hemos tenido una política sectorial agrícola que tenía ciertas tasas de impuesto a la renta que eran menores que en la industria. Eso impedía que el inversionista después de haber avanzado en la agricultura, industrialice sus productos. Lo mismo con la minería, con la Amazonía. Debemos poner el suelo parejo y permitir que los recursos fluyan en la economía. Si como Gobierno damos prioridad a ciertos sectores, significa que a otros les estamos haciendo la vida más difícil. No somos nadie para decir que a un sector le irá bien o mal. Un buen esfuerzo tiene que ser por la Mype. Realmente hacer realidad esta idea de que una pequeña empresa se puede convertir en mediana y en grande. Mucho se ha hablado, nosotros lanzamos el régimen Mype pero nunca pudimos deshacernos del RUS y el RER que hace que las pequeñas empresas se queden chicas.
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— Usted dejó Invierte.pe, pero hoy acudimos a los contratos Gobierno a Gobierno como la mejor solución al problema de inversión pública. ¿Qué está fallando?
Hay que repensar el Invierte.pe. La normativa cambió. Cuando la lanzamos, hicimos varias cosas que permitirían a los alcaldes y gobiernos regionales ejecutar sus proyectos relativamente rápido. Por ejemplo, introdujimos proyectos replicables. Si se va a construir un puente con un mismo expediente técnico se va a construir 50, 100 o 200 puentes. Lo mismo con agua y saneamiento. Eso facilitaba la ejecución y todo eso se complicó después. Lo más importante pienso que es destrabar el Invierte.pe, Proinversión y Obras por Impuestos. Los tres están atracados. Lo que sí deberíamos hacer es utilizar las universidades para apoyar a los gobiernos subnacionales y darles las capacidades para ejecutar esos proyectos. Tenemos un gran conocimiento acumulado y donde necesitamos que las áreas de inversión de las municipalidades no existen.
— ¿En qué período tendería a normalizarse la inflación? ¿Esta podría continuar en el 2022?
Si el escenario es uno en el que el señor Pedro Castillo va a buscar la estabilidad de los mercados, yo no vería ninguna razón por la que el dólar no regrese a los niveles S/3,50 o S/3,35. Eso haría que el efecto de oferta se desvanezca y que la inflación vuelva a converger. Si por el contrario, eso no sucede y la inflación continúa, al Banco Central no le va a quedar otra que subir las tasas de interés. Eso significa que tendremos que bajar el crecimiento para que la inflación cumpla con su meta. No creo que sea muy difícil converger a la meta del 2%, lo que tendría que haber para que la inflación se desboque es que la brecha del producto (PBI y su potencial) se reduzca. Eso sí se podría reducir, por ejemplo, en un gobierno de castillo que anuncie que va a gastar 10% del PBI en Educación y Salud. Significa que solamente con uno de ellos cerraría la brecha del producto y generaría mayor presión sobre los precios.
— El PBI creció 47,8% en mayo, producto de que se mide contra la base baja del 2020. En un escenario estándar, ¿qué debería pasar con el indicador? ¿Qué podría pasar si se opta por una reforma constitucional?
Hoy nuestra proyección es que la economía crecerá 9,6% este año y 3,6% el siguiente. Este es un escenario neutral que no toma en cuenta los planes del señor Castillo. Si se estabiliza los mercados o una política económica masomenos bajo las líneas de lo que plantea Francke, podemos crecer entre 3% y 4% en los próximos cinco años. No vería problema con eso. Si por el contrario, Castillo junto con y el señor Cerrón deciden hacer un cambio radical en la Constitución y los elementos que nos han permitido crecer en el pasado, nos podrían llevar a una recesión de aquí a un año.
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