Se ha anunciado que el 13 de julio se reinstalará el Consejo Nacional de Trabajo. Según el ministro de Trabajo y Promoción del Empleo, uno de los primeros aspectos por discutir será la necesidad de establecer criterios técnicos para determinar futuros incrementos a la (RMV). Aprobar un mecanismo basado en reglas objetivas y transparentes será clave para mejorar la predictibilidad de los salarios en el Perú, en beneficio tanto de trabajadores como de empleadores.

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Política vs. técnica

En el Perú, históricamente, los incrementos en la RMV han estado más asociados a factores políticos que técnicos. De los 14 aumentos ocurridos desde el 2000, 12 coincidieron con períodos electorales o de baja aprobación presidencial. Esto ha resultado en una RMV volátil y poco predecible, que limita la capacidad de empresas y trabajadores para tomar mejores decisiones.

En este contexto, resulta importante contar con un mecanismo formal para la determinación de la RMV, como ya lo tienen otros países de la región. En Chile, por ejemplo, la ley establece que el salario mínimo se revise máximo cada dos años. Además, en cada una de estas revisiones, se indica claramente la fecha de la siguiente actualización y se menciona qué se debe hacer en caso de que ocurran ciertas contingencias (como una inflación mayor de la esperada).

En Colombia, México, Costa Rica y Brasil, las actualizaciones se realizan cada año, generalmente en la misma fecha. En todos estos países, existen reglas claras para determinar el monto de aumento de la RMV, lo que minimiza el uso de esta herramienta para fines políticos. En general, estas reglas suelen abarcar, entre otros factores, la productividad, el nivel de empleo formal, la inflación y la tasa de crecimiento económico.

Factores técnicos

Uno de los factores técnicos que normalmente se utilizan para determinar los incrementos a la RMV es la inflación. En Colombia y México, por ejemplo, la norma establece, entre otros aspectos, que el aumento no puede ser menor que la inflación. Sin embargo, con este tipo de reglas, se corre el riesgo de acelerar el alza de precios. Ello ocurre porque los empleadores podrían incrementar los precios de sus productos adelantándose a un incremento de la RMV, lo que resultaría en un círculo vicioso. En los últimos diez años, la inflación promedio en el Perú (3,7%) ha sido inferior a la de México (4,6%) y Colombia (5,3%).

Por ello, se debe garantizar que los aumentos de la RMV no se basen en ese tipo de reglas fijas sino en un set de factores técnicos, reconociendo las particularidades del mercado laboral peruano. Este análisis debe considerar, por ejemplo, que el salario mínimo vigente en el Perú (S/1.025) equivale al 60% del ingreso medio, superior al de otros países de la región como Chile (49%), Brasil (46%) y México (45%). En general, una RMV más cercana al ingreso medio está asociada con una mayor proporción de empresas de baja productividad que probablemente no resulten rentables frente a un incremento de la RMV y que, por lo tanto, terminarán contratando trabajadores de manera informal en caso de que ocurra el aumento.

Este problema se vuelve más relevante al considerar las enormes diferencias en el ámbito regional. En Puno y Huánuco, el ratio RMV-ingreso medio es de 81%. Ello significa que el salario mínimo es bastante elevado en estas regiones para el nivel de ingresos promedio, por lo que cualquier incremento futuro tendrá un impacto más significativo sobre su nivel de formalidad, afectando principalmente a las empresas más pequeñas.

Lo más importante

Si bien establecer un mecanismo formal para actualizar la RMV es importante, no se debe perder de vista que esto solo beneficiaría a una pequeña proporción de trabajadores en el país. En el Perú, tres de cada cuatro trabajadores son informales y un 5% labora como trabajador independiente formal. Así, en el mejor de los casos, este tipo de medidas impactaría directamente solo sobre el 19% de trabajadores dependientes formales, especialmente aquellos que perciben un ingreso cercano a la RMV vigente, lo suficiente para verse beneficiados o afectados por un incremento de esta. Mientras tanto, la gran mayoría del 76% informal permanece excluido, especialmente de la seguridad social. Por lo tanto, es necesario dar prioridad también a estrategias que promuevan un mayor crecimiento económico que genere más empleo, y una mayor formalidad a través de una legislación laboral más competitiva.

En el reciente período de alta inflación y vaivenes políticos, se plantearon medidas que pueden sonar atractivas, como el incremento de la RMV, pero que podrían tener impactos perjudiciales si se aplican sin considerar un set comprensivo de factores técnicos. En un contexto donde la inflación inicia su desaceleración, se torna más propicio empezar a discutir la importancia de establecer reglas claras para actualizar la RMV y así minimizar el uso de esta herramienta para fines políticos.

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