ÉLIDA VEGA / 

El se ha convertido en una magnífica oportunidad de desarrollo para muchos jóvenes, quienes han encontrado en su pasión por esta semilla al aliado perfecto para brillar con luz propia en el terreno profesional. Y si es en taza, mucho mejor.

¿Cuántas veces le hemos dado las gracias a una salvadora taza de café porque nos ayudó a terminar el día de pie? Es casi seguro que en más de una ocasión hayamos pasado por una cafetería para recargar fuerzas, ¿pero cuántas veces hemos reparado en quienes están detrás de esa ‘vitamina’ encargada de derrotar nuestro cansancio?

Detrás del mostrador de una cafetería, los son los especialistas que convierten cada taza de café en un placentero deleite para nuestro paladar y en un verdadero enemigo del desánimo. Y es detrás de un mostrador que encontramos a Karen Pisconte, la primera campeona de barismo en el Perú, “la reina del café”, como nos dijo una de sus habituales clientes en .

El romance de Karen con el café empezó cuando era niña, viendo cómo sus abuelos se deleitaban con cada una de las tazas de café que preparaban para disfrutarlos en familia. Se hizo barista casi de casualidad. Tenía 19 años cuando vio un anuncio acerca de clases de y, como complemento a sus clases de Hotelería y Turismo, optó por seguirlo.

Poco después ya estaba junto a los diez mejores baristas del café del mundo en San Martín, aprendiendo el proceso productivo de este grano de oro. Y cuando lanzaron la convocatoria para el primer concurso nacional de barismo, entrenó duro y parejo con su jefe, K.C. O’Kefee –dueño de Café Verde–, durante tres meses.

“Probaba todas las tazas de café que hacía y bajé como cinco kilos durante ese tiempo”, recuerda. ¿El resultado? Las 12 tazas de café que preparó (cuatro capuchinos, cuatro expresos y cuatro creaciones libres) cautivaron a los jueces del concurso y se coronó en el primer lugar.

TODA UNA EXPERTA                    

Con cinco años como barista y con la experiencia ganada al saberse pionera de una profesión que ha ayudado a incrementar el gusto del peruano por el café, tiene bien en claro lo que debe hacer quien se dedique, al igual que ella, a crear nuevas y diferentes bebidas basadas en estas famosas semillas tostadas y molidas.

“Además del gusto por el café, que es algo que todo barista debe tener de cajón, también debe tener conocimiento del proceso productivo porque somos el final de la cadena y si lo hacemos mal echamos a perder todo el trabajo del productor, por eso lo más importante es preparar muy bien la bebida”, nos dice.

CUESTIÓN DE ARTE

Y si de detalles se trata, nada mejor que el ‘latte art’ para plasmar lo mejor de su creatividad en una taza de café. Corazones, rosas y tulipanes son las imágenes más comunes que, al igual que sus compañeras Andrea Chávez y Andrea Arrieta, suele hacer en toda bebida que tiene a la leche como aliado.

Decidida a lograr más reconocimientos, no duda en dedicarle más tiempo a los estudios. ¿Su intención? Continuar transmitiendo todo lo aprendido a otros peruanos, sobre todo en provincias, y mejorar la ubicación que logró cuando participó en el concurso internacional de barismo que se realizó en Colombia en el 2012, en donde el Perú quedó en el puesto 20 de 53 países, para lograr que el barista sea reconocido como un profesional en todo el sentido de la palabra. “Mi intención es que se consuma más café para que los baristas seamos más reconocidos, porque todavía hay algunos que no lo ven como una profesión cuando requiere de la misma dedicación que cualquier otra”, finaliza.

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