Hoy se adjudicará la buena pro del Gasoducto Sur Peruano (GSP), el proyecto energético más ambicioso en la historia del país. Se trata de una inversión fabulosa para el sur del país: US$4.000 millones, que serán empleados en conectar los campos gasíferos de Camisea (Cusco) con las ciudades de la macrorregión sur a través de un ducto de 1.000 kilómetros de longitud que culminará su recorrido en Ilo (Moquegua).
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¿Por qué es importante esta integración? ¿Cómo beneficia este millonario proyecto al sur peruano y al país en su conjunto?
Dejando de lado las críticas sobre su viabilidad económica (se aduce que la demanda de la macro región sur no será suficiente para costear la construcción del proyecto, salvo que se decida vender energía a Chile), cabría mencionar cuando menos media docena de beneficios potenciales.
1. MASIFICACIÓN DEL USO DEL GAS NATURAL
El GSP posibilitará la masificación del gas de Camisea en las regiones Cusco, Apurímac, Puno, Arequipa, Moquegua y Tacna, que hoy no se benefician con el empleo de este combustible barato y eco-amigable (solo Lima e Ica reciben gas por ductos). El ministro de energía y minas, Eleodoro Mayorga, calcula que el proyecto beneficiará a 600 mil viviendas sureñas en el mediano plazo.
Según estimaciones del Minem, la utilización del gas natural reportará ahorros de 60% a los usuarios de generación eléctrica, de 50% a los usuarios industriales y comerciales, y de 40% a los usuarios domiciliarios y vehiculares, en comparación al empleo de otros combustibles como el diesel.
2. BENEFICIO PARA LOS USUARIOS DE LIMA Y EL PERÚ
El proyecto del GSP incluye la construcción de un ducto adicional de seguridad entre la planta de separación de Malvinas y el Km. 73 del ducto Camisea a Lima. “Este componente evitará la interrupción del transporte de gas y líquidos hacia el centro del país”, indica Pro Inversión. Si el suministro se interrumpe, podrían sucederse problemas de abastecimiento en el polo energético de Chilca (que genera el 50% de la electricidad en el país) y en la planta de fraccionamiento de Pluspetrol, en Pisco, que abastece de GLP a Lima y todo el Perú.
3. SEGURIDAD ENERGÉTICA
El GSP mejorará también la seguridad energética en el sur del país gracias a la implementación de un nodo termoeléctrico a gas en las ciudades de Ilo y Mollendo con una inversión de US$700 millones. Este nodo de 1.000 MW reducirá la dependencia del nodo termoeléctrico de Chilca (Lima), posibilitando además la producción de energía barata y una menor incidencia de apagones.
4. ALIENTO A LA PETROQUIMICA
Aún cuando el bajo precio del shale gas desincentiva la instalación de plantas petroquímicas en países diferentes a EE.UU. (principal productor de dicho combustible), el Gobierno sigue apostando por desarrollar esta industria en el sur del país. En palabras de Eleodoro Mayorga: “El ducto de gas natural puede transportar hasta un 25% de etano, lo que posibilitaría que en el futuro – de existir suficiente cantidad de este componente del gas natural - se instale una industria petroquímica del etano que es intensiva en inversiones con montos que podrían superar los US$5.000 millones”.
Otra posibilidad es la construcción de un poliducto hacia un puerto en la costa, acompañado de una planta de fraccionamiento. Si no hubiera empresas interesadas en estas dos posibilidades, el Gobierno intentará implementar una petroquímica del metano, menos compleja que la del etano, con una inversión de US$1.500 millones. El etano, cabe señalar, es insumo fundamental en la producción de plásticos, mientras que el metano es usado en la fabricación de fertilizantes y explosivos.
5. INCREMENTO DE LAS RESERVAS DE GAS
Otro beneficio importante del GSP es el aliento a la exploración. Victor Sanz, profesor de geología de la UNI, asevera que la ejecución de este proyecto disparará inmediatamente la búsqueda de gas en el centro y sur del país.
Álvaro Ríos, socio director de Gas Energy, lo explica así: “Las empresas no aceleran la exploración porque no hay demanda. ¿De qué les sirve sentarse sobre recursos de gas si no tienen como evacuarlo? Esto es como el dilema del huevo o la gallina. En hidrocarburos lo primero es siempre el gasoducto; luego, las reservas comienzan a aparecer por sí mismas. Nadie va a invertir cientos de millones de dólares para descubrir reservas y guardarlas por diez años si no tienen como sacarlas a los mercados”.
Se estima que la construcción del GSP permitirá nuevos hallazgos de gas que deberían ser empleados en abastecer de energía a Chile, donde la energía es escasa y muy cara.
6. ESPIRAL DE INVERSIONES
Eleodoro Mayorga estima que la construcción del GSP detonará inversiones anexas y conexas a este proyecto por US$8.000 millones.
“En adición al desarrollo de los lotes 88 y 56, el proyecto comprenderá la construcción del nodo energético, la ampliación de la planta de separación de Malvinas, las inversiones para distribuir el gas en distintas ciudades, la construcción (posiblemente) de un poliducto con una planta fraccionadora de líquidos en la costa además de instalaciones portuarias, y permitirá avizorar, asimismo, el desarrollo de la petroquímica, entre otros proyectos industriales”, señala.
Si sumamos estas inversiones a la de gasoducto, tenemos que la macrorregión sur recibirá cerca de US$12 mil millones en los próximos 6 a 7 años.
7. COMBATE CONTRA EL FRIAJE
Y no menos importante, el gas natural podría ser aprovechado en sistemas de calefacción para aliviar los efectos periódicos del friaje en las ciudades altiplánicas, evitando así la muerte de cientos de niños y ancianos, como acontece todos los años.