En nuestro especial de perspectivas para la economía peruana en el 2017, El Comercio conversó con Juan José Marthans, Economista del PAD de la Universidad de Piura, sobre sus proyecciones y lo que opina sobre el caso de los pagos indebidos de Odebrecht.
¿La economía crecerá en el 2017 al ritmo que proyecta el gobierno?
El crecimiento del PBI del 2016 algo similar al 4%, es un hecho. El 2017, dependiendo de la naturaleza del escenario, podríamos estar en un rango entre 4,2% y 4,8%. Todo dependerá de cómo se desenvuelva del entorno internacional y la efectividad que muestre el Ejecutivo para desarrollar infraestructura, reacomodar la dinámica de la inversión privada y evitar el deterioro de las expectativas empresariales. Nadie espera un mayor deterioro de términos de intercambio. Si logramos revertir parcialmente la fuerte caída de la inversión extranjera de los últimos tres años y si logramos impulsar APP, nuestro crecimiento podría estar cercano al 4,8%.
¿Cuál es el factor y/o sector que más debería impulsar o cuidar el gobierno?
La infraestructura es esencial. Sin ella no habrá diversificación nunca. A pesar de ello, el 2017 podría ser aquel donde, después de varios años, ningún sector productivo mostrará caída. En eso existe consenso en todas las proyecciones económicas públicas y privadas vigentes.
Será un buen año para las exportaciones si no hay problemas mayores en el frente del cobre, la agroindustria podría despegar más, la construcción podría acompañar la recuperación de la inversión pública y privada, la pesca no presentaría mayor limitación de carácter externo para mostrar dos campañas de creciente producción. No deteriorar más la tasa de inversión es la clave. No menos del 24% del PBI. Una deuda pública no mayor al 30% del PBI resulta prudente.
¿Qué factores exógenos, sobre todo entre los términos de intercambio, podrían impactar estas cifras?
Tres bloques esenciales. El norteamericano podría beneficiar a Perú en la medida que parte de las propuestas anunciadas por Trump logren impulsar al alza los precios de los metales, en el corto, plazo sus medidas van a parecer efectivas, en el mediano plazo podría generar serios problemas. Es posible que vivamos un espejismo de alrededor de dos años.
El bloque europeo por efecto del ‘brexit’ y debilidad presente aún en muchas de sus economías no mostrará mayor dinamismo pero su desempeño no sería peor al del 2016. El bloque chino podría ser parcialmente compensador a la probable desglobalización. En el frente interno los factores exógenos asociados a los elementos climatológicos y su impacto en agro y pesca no deberían ser un problema mayor tampoco.
¿El destrabe de obras de infraestructura reactivará la economía como espera el gobierno? ¿Qué impacto podría tener el caso Odebrecht en el impulso de este sector?
La inversión externa, la privada y pública serán claves. Las tres requieren de diferentes estrategias de destrabe. Sin una redefinición apropiada en nuestra política de impuesto a la renta, es posible que la primera no se reactive significativamente.
Sin un escenario político interno medianamente maduro y estable, la segunda no podrá dinamizarse apropiadamente y peor aún si no muestra resultados efectivos los esfuerzos de destrabe anunciados por la actual administración. Sin capacidad de gestión en los gobiernos supranacionales es posible que la inversión pública no acelere suficiente.
Lo mostrado por el caso Odebrecht constituye en un elemento en contra para la inversión dado el ruido político que generará. Si como consecuencia del mismo desastre podemos redefinir a nuestra clase política en casi su totalidad, sería estupendo. La calidad del Estado y el frente laboral son dos temas aún no enfrentados por la actual administración. Sin ellos hablar de lucha contra la informalidad e incremento de la productividad resultaría una quimera.
¿Qué mensaje económico de despedida le dedicaría al 2016?
El 2016 fue un año en que, nuevamente, hicimos poco y, a pesar de ello, seguimos creciendo. El Perú es una economía maravillosa y noble. Con un buen conductor económico, nadie nos para. Sólo nos falta encontrarlo.