El cobre siguió bajando y llegó a US$1,975 la libra, un nivel que no se veía desde hace seis años (mayo 1969), según la cotización de cierre de la Bolsa de Metales de Londres.
Según reportes del mercado londinense, existe una incesante presión vendedora provocada por los temores sobre las perspectivas de crecimiento económico y de demanda en el mayor consumidor de cobre del mundo: China.
La mayor fortaleza del dólar también mermó la demanda de metales básicos, en tanto que el alto número de minas de cobre que entra en producción en estos años le echa más leña al fuego al estimarse una sobreoferta mundial del metal rojo.
El lunes, el cobre bajó a US$1,99 la libra, lo cual despertó preocupación sobre el panorama fiscal, pues la cotización actual está por debajo de lo estimado como precios promedio para el 2016 tanto por el MEF en el Marco Macroeconómico Multianual de agosto (entre 2,5 y 2,45 dólares) como por el BCR en diciembre (2,15 dólares).
Impacto Fiscal
Dos golpes recibe el Estado Peruano ante la menor cotización del cobre. Por un lado, el menor valor del cobre afecta que los ingresos del canon minero disminuya, con lo cual, cientos de municipios, además de regiones y universidades, recibirán menos dinero del que habían presupuestado. El canon minero es la principal fuente de financiamiento para muchos municipios distritales, sobre todo de las zonas más pobres del país.
Y por otro lado, las mineras que extraen cobre ganarán menos dinero y por tanto, pagarán menos Impuesto a la Renta, afectando la caja fiscal.
Elmer Cuba, socio director de Macroconsult, ha indicado que el impacto de la caída del precio del cobre sobre las utilidades de las empresas mineras no es lineal. Así, un descenso de 1% en la cotización del mineral tiene un impacto mayor al 1% en las utilidades de las empresas mineras.Por ello, de acuerdo con Cuba, el golpe en la recaudación tributaria sería de una mayor magnitud que el descenso observado en el precio.